El presidente de la UE augura un fracaso de la cumbre por la posición de los ricos
El líder luxemburgués cree que Londres rechazará su oferta final pese a incluir recortes agrícolas
El presidente de la UE se confiesa pesimista ante la posibilidad de pactar en esta cumbre las Perspectivas Financieras para el periodo 2007-2013, y apunta como culpables a los países más ricos, con Reino Unido y Holanda a la cabeza. Jean-Claude Juncker incluye en su última propuesta "recortes" en las ayudas agrícolas como le exige Londres, pero mantiene que el cheque británico debe ser "congelado", a pesar de que Tony Blair se opone. También añade "un paso más" a favor de que España reciba más fondos. Juncker concluyó ayer que, "muy probablemente", no habrá acuerdo en esta cumbre.
Apesadumbrado, Juncker compareció por la mañana ante el Parlamento Europeo para echar unos jarros de agua fría y abroncar a los países contribuyentes netos, a los que acusó de presentarse "con un lloriqueo permanente" en este debate. No los mencionó, pero era obvio que se estaba refiriendo al Reino Unido y a Holanda. A ambos pareció dirigirles esta frase: "Algunos no entienden bien lo que estamos haciendo y otros lo entienden demasiado bien".
La nueva y última propuesta de Juncker, difundida anoche, sigue incluyendo la congelación del cheque británico en 4.700 millones anuales y unos "recortes" en las ayudas agrícolas, que se derivan de incluir en la partida agrícola (380.000 millones) los cerca de 8.000 millones para Bulgaria y Rumania a partir de su ingreso en 2007. Se mantendría así, aunque con menos dinero a repartir, el pacto de octubre de 2002 impuesto por Francia y Alemania para congelar los gastos agrícolas hasta 2013, un pacto "al que se agarran ferozmente" algunos Estados, como recordó Juncker.
Otros ajustes consisten en fijar en 2.000 millones la cantidad que España seguirá percibiendo del Fondo de Cohesión: 1.200 en 2007 y 800 en 2008; y en mejorar un poco las ayudas para Canarias.
Para el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, la condición para aceptar la propuesta era una mayor generosidad en el periodo de transición para el Fondo de Cohesión.
Asimismo, la presidencia propone dar 600 euros por desempleado en regiones afectadas por el "efecto estadístico", como Asturias, Murcia, Ceuta y Melilla (ya no recibirán las ayudas más generosas al haber entrado países menos desarrollados).
El mismo Juncker ya adelantó ayer que "ese paso" para España seguramente no sería suficiente para Madrid, aunque afirmó: "Por España he hecho más de lo que los demás están dispuestos a aceptar".
En el caso de los países más ricos, la presidencia de la Unión propone que Alemania, Suecia y Holanda aporten sólo el 0,15% de sus recaudaciones por IVA, cuando los demás países tendrán que contribuir con el 0,30% del Impuesto sobre el Valor Añadido.
Pese a estos arreglos de última hora, la situación es "manifiestamente crítica", como alertó el presidente de la UE, mientras el de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, avisó a los líderes europeos que ya hay bastantes problemas con la Constitución europea como para añadir otro. Por eso, pidió a Reino Unido, Francia, Alemania y Holanda que cedan. "No es el momento de jugar la carta nacional. Todo el mundo tiene que ceder algo", señaló.
Juncker ya contó ayer cuál fue la reacción de Blair tras su entrevista del pasado martes en Luxemburgo: "Me dijo que no está de acuerdo con la propuesta de la presidencia de congelar el cheque".
Ante el probable fracaso, Juncker insinuó la posibilidad de que se convoque una cumbre extraordinaria en otoño, ya bajo presidencia británica de la UE. "Quizá, muy probablemente, no se llegue a un acuerdo en la próxima cumbre, pero poco más adelante sí, y con escasas variaciones sobre las propuestas de la presidencia".
Luz verde de la Eurocámara
Esa opción del otoño fue también sugerida por Juncker cuando recordó con gran sorna que el pacto final necesitará también de la luz verde de la Eurocámara: "Sería uno de los mayores placeres ver por aquí a Blair intentado alcanzar un pacto".
José Manuel Durão Barroso planteó ayer otra propuesta original. Dado que la presidencia de la Unión ha propuesto unos fuertes recortes en todas las partidas para contentar a los países contribuyentes netos, que quieren aportar menos, Barroso se quejó de que la mayor rebaja se haya producido en el capítulo más querido por él, el dedicado a Competitividad, Crecimiento y Empleo (de 121.000 millones propuestos por la Comisión ha pasado a 74.000 millones).
Descontento por ese ahorro, el presidente de la Comisión planteó que ahora se apruebe el marco financiero pero que, a finales de 2008, Los 25 vuelvan a reexaminar los presupuestos para hacer ajustes si los creen necesarios.
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