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La Fundación Puigvert, condenada a readmitir a una nieta del fundador

Ana Puigvert fue despedida tras denunciar presuntos desvíos de fondos del centro

El magistrado del Juzgado de lo Social número 16 de Barcelona ha declarado improcedente el despido de la médico Ana Puigvert de la Fundación que creó su abuelo, Antonio Puigvert Gorro. Asimismo, ha condenado a la entidad, dirigida por Esperança Martí, a readmitir a la facultativa o a indemizarla con 84.000 euros, además de pagarle los salarios que ha dejado de percibir desde su despido, el pasado 28 de febrero.

Ana Puigvert trabajaba en la fundación desde 1989 y fue despedida después de que la dirección del centro le abriera expediente el pasado mes de enero por considerarla responsable, junto con otros miembros de la familia Puigvert, de la denuncia presentada ante el Departamento de Salud en la que se acusaba al equipo directivo de Esperança Martí de "desviar fondos de la fundación hacia oscuros negocios" de la actual directora general y de "fraude al Servicio Catalán de la Salud", entre otras irregularidades.

La denuncia la firmaba otra nieta del fundador de la clínica, Niomar del Valle Puigvert, pero la entidad consideró que Ana Puigvert también había participado en ella y la despidió. La sentencia, sin embargo, señala que no ha quedado probado que fuera también responsable de la denuncia ante el Departamento de Salud como sostuvo en el juicio el abogado de la fundación. A raíz de la denuncia firmada por Niomar del Valle, Salud abrió un expediente sancionador a la fundación por doble facturación en los procesos de litotricias al Servicio Catalán de la Salud y doble lista de espera diferenciando entre pacientes privados y públicos.

En su decisión de despedir a Ana Puigvert, la fundación argumentó que, conjuntamente con otros cinco miembros de la familia, envió a los patronos de la fundación un escrito en el que se atribuía "la grave situación económica" y la "degradación de la calidad asistencial en el centro" a los "devaneos" y las "irregularidades" cometidas por Esperança Martí. La sentencia considera que al firmar el escrito Ana Puigvert "no transgredió la buena fe contractual" porque lo firmó no como trabajadora del centro, sino como "descendiente de sangre del fundador". El magistrado enmarca la carta mandada a los patronos de la fundación en el clima de "pésimas relaciones entre la familia Puigvert, o parte de ella, y Martí".

La sentencia recuerda que estas desavenencias surgieron a raíz del tratamiento médico que se dio al padre de Ana Puigvert, Antonio Puigvert Serés, hijo del fundador del centro médico y miembro del patronato de la fundación hasta su fallecimiento, en agosto de 2004, víctima de un cáncer.

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