Una encuesta a homosexuales de Barcelona revela un aumento de los casos de contagio de sida

Una encuesta realizada por las autoridades sanitarias catalanas a algo más de 300 homosexuales de la ciudad de Barcelona ha revelado un aumento de los casos de contagio del sida, lo que constituye un indicador de que este colectivo está bajando la guardia con relación al riesgo de contraer la enfermedad.

La encuesta forma parte de los estudios que realiza periódicamente el Centro de Estudios Epidemiológicos sobre el Sida de Cataluña (Ceescat), dependiente del Departamento de Salud. Comparando los datos con los de la misma encuesta realizada en 2002, se ha observado que el número de homosexuales que han resultado contagiados por el virus ha pasado del 18,3% al 24% en 2004. Esto es, se ha pasado de casi una de cada cinco personas infectadas a una de cada cuatro. Jordi Casabona, director del Ceescat, advierte de que estas cifras sólo son un indicador de una tendencia preocupante, pero no pueden extrapolarse al conjunto de los homosexuales de Cataluña o de España, puesto que no se conocen ni la extensión ni las características del colectivo gay, por lo que tampoco puede saberse si la muestra es o no representativa de este colectivo.

Casabona insistió en que el modo de contagio del sida que más aumenta es el heterosexual, que ya representa el 50% de todos los nuevos diagnósticos, por encima del uso de drogas intravenosas. En el caso de las mujeres, el contagio heterosexual supone el 75% de todos los nuevos diagnósticos.

La encuesta realizada entre los homosexuales indica, según Casabona, que el contagio del sida aumenta en este colectivo, y ello se debe a dos factores, ambos relacionados con los tratamientos antirretrovirales que comenzaron a administrarse en 1996. En primer lugar, gracias a estos tratamientos ha aumentado la supervivencia de los enfermos y, por lo tanto, el número de personas infectadas que sobreviven con la enfermedad. En segundo lugar, la existencia de los tratamientos ha permitido convertir una enfermedad que hace 10 años tenía una supervivencia media de 2,5 años después del diagnóstico en una enfermedad crónica controlable, lo cual ha extendido, según Casabona, la falsa percepción de que es curable y, por tanto, de que ya no es tan importante adoptar medidas preventivas para evitar el contagio.

Esta tendencia a bajar la guardia se ha observado también en estudios realizados en el Reino Unido, Estados Unidos y Holanda. La encuesta contiene otro indicador indirecto de que el colectivo homosexual se está relajando por lo que respecta a las medidas de prevención: el aumento simultáneo de la incidencia de otras enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis y la gonorrea.

La encuesta que realiza el Ceescat incluye preguntas sobre hábitos de riesgo. No se conoce todavía el resultado de este apartado relativo a la encuesta de 2004. La de 2002 indica que un elevado porcentaje de homosexuales incurren en conductas de riesgo en sus relaciones. Concretamente, el 26% de los encuestados afirman que en los encuentros ocasionales o no utilizan preservativo o no lo hacen siempre. Con la pareja estable, el porcentaje de los que no utilizan preservativo habitualmente o no siempre asciende al 61%.