_
_
_
_
Reportaje:ATLETISMO | El récord más espectacular

Huracán Powell

El jamaicano se convierte en el hombre más rápido de la historia al correr los 100 metros en 9,77 segundos

Santiago Segurola

El hombre más rápido de la historia es jamaicano, se llama Asafa Powell y promete llevar el récord del mundo de los 100 metros a cotas inimaginables. Casi un año después de fracasar en los Juegos Olímpicos, regresó a Atenas para coronarse rey de los velocistas. Batió la plusmarca mundial con 9,77 segundos, una centésima menos que el registro anterior, en poder del desacreditado Tim Montgomery, carne de juzgado en los últimos meses por su implicación en el escándalo Balco, un caso masivo de dopaje que ha destruido su reputación y la de Marion Jones, su esposa. Powell no sólo conquistó ayer el récord, sino que eliminó una marca que resultaba sospechosa a la luz de las noticias que llegan sobre la presunta implicación de Montgomery en prácticas muy turbias.

Batió en una centésima el récord anterior, del desacreditado Tim Montgomery
En la reunión de Atenas corrió contra el tiempo, no contra ninguno de sus grandes rivales
Más información
La carrera imperfecta

Powell,que tiene 22 años, viene de Jamaica, tierra de sprinters colosales. De allí surgió Lennox Miller, el único hombre que se atrevió a desafiar a los estadounidenses en los Juegos de México 68; de allí procedía Donald Quarrie, uno de los mejores especialistas que se han visto en la prueba de los 200 metros; de origen jamaicano eran el infausto Ben Johnson, Donovan Bailey y Linford Christie; en la isla ha nacido Usain Bolt, el joven fenómeno de los 200 metros cuyo nombre provoca un entusiasmo que Powell no puede igualar. Así es Jamaica, donde las discusiones sobre atletismo pueden llegar al Parlamento, como ocurrió el pasado año a raíz de la lesión de Bolt y el debate que se produjo por su ineficaz recuperación. En Jamaica los velocistas son reyes. Y ahora tienen al rey del mundo.

No había dudas sobre el estado de forma de Powell. Todas sus carreras anunciaban algo grande. En su primera actuación de la temporada corrió la prueba en 9,84 segundos. Hace una semana, con ocho grados de temperatura y bajo la lluvia, logró en Ostrava una marca escandalosa: 9,85s. Pocas veces como ayer se ha podido anticipar un récord del mundo.

Powell llegó pletórico a los Juegos de Atenas, en los que sufrió la mayor decepción de su corta carrera como velocista. Después de arrollar en las principales reuniones de Europa y de imponerse a los estadounidenses en todos los frentes de batalla, Powell se mostró incontenible en las series olímpicas. Daba tal impresión de seguridad que sus victorias resultaban increíblemente cómodas. No era un atleta exprimido. Su margen de maniobra parecía superior al de sus rivales, al de Mo Greene, Justin Gatlin y Shawn Crawford, los arrogantes velocistas estadounidenses. Pero en la final fue destruido por su falta de energía para enfrentarse a los atletas más competitivos del mundo. Fue quinto, con 9,95s, y nunca se insinuó como un aspirante al título olímpico. En Atenas se ganó fama de blando. Pero la velocidad estaba ahí.

En agosto, cuando se enfrente de nuevo a los norteamericanos y a Francis Obikwelu, el portugués de origen nigeriano que ayer sólo dio leves muestras de su tremendo potencial, Powell tendrá que defender la corona que le acredita como el más rápido del planeta y deberá ganarse el respeto en las grandes competiciones. En Atenas corrió contra el tiempo, no contra ninguno de sus grandes rivales. Era la ocasión perfecta para él, un chico tranquilo que decidió permanecer en Jamaica y no aceptar las ofertas de las universidades estadounidenses. Su caso es raro porque la mayoría de los grandes atletas jamaicanos suelen emigrar a Norteamérica en cuanto despuntan de juveniles. Powell ha preferido quedarse en Kingston y entrenarse en condiciones de cierta precariedad, en una pista de hierba en la Tech University de la capital jamaicana.

La carrera fue un monólogo impresionante. Las condiciones resultaban perfectas: una tarde soleada, calurosa, con algo de viento a favor (1,6 metros por segundo) y una pista con excelente fama. En Atenas, hace seis años, Maurice Greene batió el récord del mundo con 9,79 segundos. La historia se repitió ayer. Con 45 zancadas y media, el impulso impresionante en la salida y su vertiginosa aceleración, Powell voló hacia el récord mundial sin dar ninguna impresión de agarrotamiento, con la naturalidad que le caracteriza, esa naturalidad que a veces obliga a preguntarse cuáles son sus límites. Porque ni tan siquiera ayer, en el día marcado en rojo para batir el récord del mundo, Powell hizo aparentes excesos. No lanzó su cuerpo en el último metro para robar alguna centésima, un desdén habitual en un atleta que ha dejado escapar tiempos sensacionales en los últimos diez metros.

Lo más probable es que a Powell se le quede corto un récord que a los demás les resulta demasiado lejano. Comienza el turno de preguntas sobre el lugar y el día de su próximo récord. Powell cree que vale 9,75 segundos ahora mismo. No es el único porque nadie duda de su velocidad. Las incertidumbres están relacionadas con su respuesta en las grandes competiciones. Esta duda se despejará en agosto, en los Mundiales de Helsinki.

Asafa Powell, ayer en pleno esfuerzo.
Asafa Powell, ayer en pleno esfuerzo.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_