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Muere Eugénio de Andrade, poeta de la luz

La depurada y nítida voz de la lírica portuguesa del siglo XX falleció ayer a los 82 años

Eugénio de Andrade, una de las más relevantes voces de la lírica portuguesa del siglo XX -"el Siglo de Oro de la poesía lusa", según el autor-, murió ayer en Oporto, a los 82 años, víctima de una enfermedad degenerativa. Para el Nobel José Saramago, Andrade era uno de los mayores poetas portugueses de todos los tiempos. Para António Lobo Antunes era "el poeta", "el más grande de la lengua portuguesa". Andrade, que será enterrado hoy en Oporto, deja una treintena de libros de poesía, prosa y obras infantiles traducidos a más de 20 idiomas.

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La contemplación viva

Eugénio de Andrade, hijo de campesinos, nació en la aldea de Póvoa de Atalaia, cerca de la frontera con Cáceres, el 19 de enero de 1923. El entorno de su infancia marcó profundamente su obra. La naturaleza, la luz, el agua, el sol, el cuerpo y los sentidos son elementos fundamentales de su poesía. El lenguaje, límpido y depurado. "Es una poesía blanca o casi blanca, hecha con recursos mínimos. Es tan nítida que parece venir de los elementos naturales, a los cuales

apela permanentemente: las manos, los frutos, la sangre, el amor físico", afirmó ayer la ministra portuguesa de Cultura, Isabel Pires de Lima.

"Es una poesía del cuerpo en su esencia física, pero al mismo tiempo, como una especie de ascensión a la luz", explicó en 2000 José Saramago, cuando Andrade fue galardonado con el Premio Extremadura a la Creación.

Eugénio de Andrade (seudónimo de José Fontainhas), que durante 36 años fue funcionario público del Ministerio de Sanidad, escribió su primer poema en 1936, con 13 años (Narciso), y publicó su primer libro en 1942 (Adolescente). La consagración le llegó en 1948 con Las manos y los frutos.

A lo largo de su vida, el mérito y la genialidad de su producción artística fueron reconocidos por diversas voces con prestigiosos premios nacionales e internacionales. En 2001 recibió el Premio Camõens, equivalente al Cervantes en España. El jurado consideró su obra "una de las más luminosas" en lengua portuguesa. El propio Andrade la explicó de esta forma, en 2000, en una entrevista publicada en la revista bilingüe Hablar-Falar de Poesía: "La naturaleza está muy presente en mi poesía. En lo que se refiere al paisaje, el mío es sin duda el del sur, del Mediterráneo. No soy orgulloso ni humilde, pertenezco a ese género de seres que, como Rilke decía del poeta, odia todo lo que no sea exactitud". En otra ocasión afirmó: "La pureza, de la que tanto se ha hablado a propósito de mi poesía, es simplemente pasión, pasión por las cosas de la tierra, en su forma más ardiente y todavía no consumada".

Sus primeras referencias fueron los poetas portugueses, en especial Fernando Pessoa, pero acabó por acercarse a la tradición griega y mediterránea. No le gustaba, en Pessoa, el patriotismo, "el horror al cuerpo". Para el también poeta y catedrático Fernando Pinto do Amaral, Andrade introdujo en la poesía portuguesa "la limpidez y la depuración, pero sin perder el lirismo y la fuerza de la emoción", una influencia que le llegó de la lectura de grandes poetas españoles.

Andrade decía que su poeta preferido era San Juan de la Cruz, porque "escribió los versos más sensuales de toda España". El gran ensayista (y amigo de Andrade) Eduardo Lourenço explica que el poeta fallecido "introdujo una especie de exigencia musical". Además, Andrade tradujo al portugués, entre otros autores, a Safo, Yannis Ritsos, René Char, García Lorca, Buero Vallejo y Borges.

En Portugal, el mundo político se sumó ayer al de la cultura para lamentar la muerte de Eugénio de Andrade, "una inestimable referencia" de la cultura lusa, según el primer ministro, José Sócrates. Políticamente, el poeta asumía ser de izquierdas, y se definía de esta forma: "La izquierda a la que pertenezco rechazará siempre la iniquidad y todas las formas de represión: tendrá en cuenta las nuevas realidades, no sólo del hombre con el hombre, sino también del hombre con las cosas; redistribuirá con mano justa no sólo los bienes de la tierra, sino también las verdades y los poderes. A la izquierda a la que pertenezco sabrá que una de esas verdades es el cuerpo, que uno de esos poderes es el deseo. Y nunca olvidará que el hombre tiene derecho al placer".

La escritora Agustina Bessa Luís se refirió ayer a su "viejo amigo" como "un gran poeta, uno de los pocos que considero un gran poeta, y cuya presencia no se apaga porque deja una obra". Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores editó en febrero en España Materia solar y otros libros, selección de la obra poética de Andrade, traducida y editada por Ángel Campos Pámpano, con prólogo de Eduardo Lourenço.

La capilla ardiente de Andrade empezó a ser visitada ayer por muchos ciudadanos. A las 17.30 de hoy se celebrará el funeral y el entierro del escritor en el Pvdoado del Reposo, en Oporto.

Eugénio de Andrade, en una imagen de 2002.
Eugénio de Andrade, en una imagen de 2002.EFE
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