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España, quinto país de la UE en la integración de inmigrantes

Un nuevo índice europeo, elaborado por entidades académicas, convierte en datos numéricos las diferentes políticas sobre extranjería

El país de la Unión Europea que más derechos garantiza a los inmigrantes legales es Bélgica y el que cuenta con un marco más hostil es Dinamarca. No es una mera opinión; lo dicen también los números. Un nuevo índice, lanzado por entidades académicas de marcado acento anglosajón, convierte por vez primera en datos objetivos las distintas políticas europeas sobre inmigración. El informe refleja grandes diferencias dentro de la Unión y sitúa a España en el quinto lugar, por encima de países con larga tradición de acogida a extranjeros.

El índice no mide el éxito o fracaso de la integración, sino hasta qué punto la legislación les trata como ciudadanos. Y se refiere sólo a los inmigrantes que están legalmente instalados en el país. Los sin papeles quedan, por tanto, fuera del estudio.

El motor del índice ha sido el British Council en Bruselas, junto con el londinense Foreign Policy Centre -ambas instituciones, en la órbita del primer ministro británico, Tony Blair- y el Migration Policy Group, con sede en Bruselas. Pero han participado también universidades e investigadores de todos los países de la UE de los 15. La intención de los promotores es que la próxima edición incluya los datos de los países que se han incorporado tras la ampliación. Personalidades como la ex comisaria Emma Bonino y la ex alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos Mary Robinson están también involucradas.

"El objetivo es aportar información clara y factual para facilitar el análisis y combatir los prejuicios", explicó el presidente del British Council, el ex comisario y ex líder de los laboristas Neil Kinnock, cuando se presentó el estudio. Los expertos examinan la legislación de cada país referente a casi 100 aspectos considerados esenciales para facilitar la integración, y en cada caso otorgan una calificación que oscila entre el 1, si el marco dificulta la integración, y el 3, si se considera que es el más favorable para el inmigrante.

Cinco bloques

Los puntos analizados se agrupan después en cinco bloques: mercado laboral, obtención de la residencia, de la nacionalidad, agrupación familiar, y medidas antidiscriminación. En cada apartado los países obtienen una calificación media que también va del 1 (mala) al 3 (buena). Bélgica es, con diferencia, el país que ofrece un marco más favorable: logra 12,88 puntos sobre un máximo de 15. Si a la media de los 15 países analizados se les otorga el valor 100, Bélgica se sitúa holgadamente por encima, con el 117,25% respecto a la media (ver infografía). Holanda, donde el no a la Constitución europea se basó en parte en los recelos hacia la inmigración, ocupa el segundo lugar en la nueva clasificación entre los que mejor trato dispensa. En el extremo contrario se sitúa Dinamarca, que suma sólo 7,86 puntos sobre 15 y se queda en el 82,09% de la media comunitaria.

El estudio deja a España en quinto lugar, con una puntuación de 12,01, por encima de países con larga tradición en la acogida a inmigrantes como Alemania, Francia y el Reino Unido. Es el único país, junto con Bélgica, que en los cinco grandes bloques se sitúa por encima de la media, e incluso encabeza la lista referente al mercado laboral, en el que logra 2,78 puntos sobre un máximo de 3.

Este bloque del mercado laboral incluye aspectos muy diversos. Entre otros, el reconocimiento de los títulos obtenidos en el extranjero, las posibilidades de trabajar en el sector público, las facilidades para abrir un negocio o para renovar el permiso de trabajo, el acceso a la seguridad social, la igualdad de salario con los nacionales y los derechos sindicales.

El índice de 2005 no incluye la reciente regularización de 700.000 inmigrantes. El informe destaca precisamente que las altas estimaciones de trabajadores sin papeles hacen que el dibujo en este apartado sea parcial y que variaría si aflorase toda la economía invisible, parte de la cual está emergiendo como consecuencia de la regularización. Por áreas, las leyes de la UE en su conjunto son especialmente favorables a los inmigrantes en el mercado de trabajo. Donde la UE registra una cifra más baja es en el acceso a la nacionalidad. "Los Estados no han decidido si ven la inmigración como una solución temporal para los déficit del mercado laboral o como un fenómeno permanente con efectos positivos, por ejemplo sobre las pensiones", opinan los autores del índice.

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