"El PP ha pasado de decir que se rompía España a pedir barra libre para todos"
La vicepresidenta primera del Gobierno (Valencia, 1949) iluminó el despacho que ocupó antes Mariano Rajoy con un par de retoques en el decorado: un cambio de cuadros y dos grandes alfombras claras. Antes de iniciar la entrevista, ha pedido "una manzanilla, como siempre". A la primera pregunta, abandona la infusión y se enfrasca en las respuestas con un tono que únicamente se altera cuando habla del PP.
Pregunta. La Asociación de Víctimas del Terrorismo convocó una multitudinaria manifestación contra la política antiterrorista del Gobierno en la que rechazó el diálogo con ETA. ¿Van a atender su petición?
Respuesta. Este Gobierno no ha cambiado su política antiterrorista. No ha habido ni hay diálogo con ETA, ni lo habrá en tanto no se produzca un cese definitivo de la violencia. El respeto, apoyo y protección a las víctimas es uno de los ejes de la acción política de este Gobierno. Tenemos, por tanto, el máximo respeto a su derecho de manifestación y comprendemos su posición. Por ello, el presidente del Gobierno ha convocado a las víctimas. Comprendemos que las víctimas puedan tener una sensación de zozobra, pero no se ha producido nada nuevo, no se ha dialogado con ETA. Para terminar con esa zozobra, lo que quiere el Gobierno es tranquilizarles e informarles de primera mano sobre la auténtica política del Gobierno en materia antiterrorista. Les vamos a decir que no hay conversaciones con ETA y que este Gobierno no va a buscar la paz a cambio de pagar un precio político ni va a abandonar a las víctimas.
¿El Gobierno se fía de Arnaldo Otegi? "El Gobierno no se fía de nadie ni tiene interlocutores"
"Se puede facilitar la gobernabilidad en el País Vasco, pero no formar parte de un Gobierno"
"Hay una visión bastante sectaria y sexista en la mirada a las mujeres de este Gobierno"
"Le dije al presidente Pasqual Maragall que no coincidía con su modelo de financiación"
"La gran incógnita es el grado de autonomía que tiene Mariano Rajoy en el Partido Popular"
"La reforma del Estatuto valenciano me parece una buena senda. Reúne los requisitos que pidió el Ejecutivo"
P. Es la primera vez en democracia que la política antiterrorista de un Gobierno tiene enfrente a víctimas del terrorismo. ¿Se han precipitado ustedes con la resolución parlamentaria que promueve un diálogo con ETA si abandona las armas? ¿O cree que las víctimas se han dejado manipular por el PP?
R. No creo que las víctimas se dejen manipular por nadie. Lo que sí creo es que son especialmente sensibles al debate que se ha abierto. Otra cosa es que tenemos la sensación de que el PP ha elegido la lucha antiterrorista como elemento de confrontación con el Gobierno y eso sí que es la primera vez que ocurre.
P. El PP les responsabiliza de no mantenerles informados en materia antiterrorista...
R. Hemos mantenido el Pacto Antiterrorista y lo convocamos nada más llegar al Gobierno. Nos comprometimos a convocarlo dos veces al año y se ha cumplido. Si no ha habido más reuniones es porque el PP no ha querido. Hay una información permanente al máximo nivel y del ministro de Justicia con el señor Acebes, en el caso del Partido Comunista de las Tierras Vascas. Lo que ha ocurrido es que cuando no les ha gustado la información, el PP ha salido al Parlamento a denunciarlo, lo que es otra novedad.
P. El PP acusa al Gobierno de levantar "expectativas absurdas" sobre una negociación con ETA. ¿Era necesaria la resolución del Congreso que ha levantado esas expectativas?
R. La prueba más explícita de la política antiterrorista de este Gobierno es el número de detenciones en un año, 178, así como su calidad. Pone de relieve la eficacia policial. No hemos cambiado nada la política antiterrorista.
P. ¿Hacía falta la resolución?
R. Sintetiza lo que hasta ahora se ha venido haciendo y que el PP había compartido en todo. No hay nada nuevo en esa resolución que no estuviera en pactos anteriores. Dice que si hay un cese definitivo de la violencia, el Gobierno hará una aproximación para buscar la paz sin pagar precio político. El Gobierno tiene que promover la unidad de las fuerzas políticas y es bueno que otras fuerzas, que antes no lo hicieron, lo hayan apoyado ahora. Tenemos que buscar el fin de la violencia entre todos. Lo que me disgusta, y trabajaremos para que no sea así, es que el PP se haya ido.
P. ¿En qué basa Zapatero su confianza en la posibilidad de lograr la paz en Euskadi?
R. Ya lo ha explicado. La situación de ETA ya no es la misma que hace unos años. Como resultado de los instrumentos utilizados en la lucha contra el terrorismo y de la cooperación internacional se han producido muchas detenciones y la banda terrorista, que todavía existe, está más débil que nunca. Hay, además, un rechazo generalizado a cualquier tipo de terrorismo, rechazo que en España se ha agudizado más tras el atentado del 11-M. Esto, unido a la aplicación de la Ley de Partidos, ha contribuido a aislar a ETA más que nunca. Las declaraciones de su entorno político y el que la banda lleve dos años sin matar permite que abriguemos la esperanza de un final de la violencia. Eso no significa que no vamos a mantener toda la presión policial mientras exista la posibilidad de violencia.
P. ¿El Gobierno espera un comunicado de ETA anunciando el cese de la violencia?
R. Esperamos que ETA haga lo que hemos dicho que tiene que hacer: disolverse, abandonar las armas y expresarlo con señales inequívocas.
P. ¿Vale una tregua indefinida para iniciar un proceso de diálogo?
R. El Gobierno tiene que contrastar, si eso se produce, que sea de forma definitiva. Será entonces cuando el Gobierno inicie la aproximación a ETA.
P. ¿Exigirán la entrega de armas para dialogar?
R. No vayamos más allá de donde estamos. Lo que tiene que quedar claro es nuestra decidida y firme voluntad de acabar con ETA y que se produzca el cese definitivo de la violencia para explorar las vías de una paz ansiada por todo el mundo.
P. ¿El Gobierno se fía de Arnaldo Otegi?
R. El Gobierno no se fía de nadie ni tiene interlocutores. Valorará, en su momento, si se producen todas las circunstancias para determinar si avalan una posición certera de que hay una voluntad inequívoca de que una organización terrorista se disuelve. Pero eso aún no se ha producido.
P. Algunos militantes del PSE, como el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, han defendido a Otegi como interlocutor.
R. El Gobierno no está ahí. Queremos avanzar hacia un proceso de paz, pero no estamos ahí. Si eso llega, buscaremos las vías de la paz. ¿A través de quién? No es el momento de decirlo.
P. En ese diálogo que esperan para poner fin a la violencia, estarían dispuestos a abordar cuestiones políticas con ETA.
R. Ya hemos dicho por activa y por pasiva que la paz y la libertad no van a tener ningún precio político. No se cederá nunca al chantaje.
P. ¿Va a desempeñar algún papel la Iglesia vasca en este proceso, como ocurrió con las conversaciones que Aznar autorizó?
R. No hay nada previsto. Todos los ciudadanos que puedan contribuir a lograr la paz, bienvenidos sean.
P. La Asociación de Víctimas del Terrorismo insiste en pedir la dimisión del alto comisionado.
R. La creación del Alto Comisionado responde a la importancia que este Gobierno le da a las víctimas. Es una persona nombrada para atender, apoyar, remover obstáculos y solucionar problemas de las víctimas. Gregorio Peces-Barba tiene una inequívoca trayectoria democrática, un compromiso político, una gran honestidad y una gran eficacia en todas las funciones que ha desempeñado. Tiene todo el apoyo del Gobierno y la legitimidad para realizar un trabajo que, en la última reunión con las víctimas, ha sido reconocido de forma unánime.
P. ¿Es posible abrir un proceso de paz sin el apoyo del PP? ¿Si les niega ese apoyo, van a seguir adelante?
R. Vamos a seguir trabajando para que ETA abandone la violencia. Si esa situación se produce, la mayoría de la sociedad va a querer que haya paz y espero que todos los partidos, también el PP, reaccionen. Vamos a trabajar por el consenso y la unidad porque la mayoría de los ciudadanos quiere que acabe ETA.
P. ¿Ha hablado con Maragall del Estatuto catalán?
R. Le dije que el modelo tenía que ser pactado por todas las comunidades y responder a una mayor suficiencia financiera, autonomía y solidaridad. Le dije, por tanto, que no coincidía con su modelo. Ahora el debate del Estatuto está en el Parlamento catalán.
P. ¿Le gustaría que el Estatuto catalán siguiera la senda del Estatuto valenciano?
R. Me parece una buena senda porque el resultado ha sido la mejora de los niveles de autogobierno de los valencianos, dentro de la Constitución y con amplio consenso político. Reúne todos los requisitos que reclamó este Gobierno.
P. El Ejecutivo presentará una propuesta de financiación sanitaria en la próxima Conferencia de presidentes autonómicos. ¿Dicha propuesta pasa por que del conjunto de los recursos que tiene la Administración central se va a detraer una parte para tapar el agujero o, por el contrario, va a haber reformas legislativas para que las comunidades tengan instrumentos fiscales para resolver por sí mismas sus problemas financieros?
R. Nuestra posición inicial es aumentar la responsabilidad fiscal de las comunidades, que tengan los instrumentos para hacer frente a la financiación. Es la base. Estamos en un momento importante para pasar de un Estado reivindicativo a otro cooperativo. Hasta ahora, el modelo ha funcionado bien, pero se ha caracterizado por la reivindicación de más descentralización. Ha llegado el momento de crear instrumentos de cooperación. La Conferencia de presidentes y el Senado lo son y habrá que potenciarlos y crear otros nuevos.
P. ¿No hay riesgo de que en el proceso de reformas territoriales se generalice la llamada "cláusula Camps" [que incorpora Valencia a su Estatuto], la pretensión de las comunidades de tener el máximo de lo que otras logren?
R. A esa cláusula hay que darle una vuelta. Lo que tiene de positivo la reforma Camps es que procede de un Gobierno del PP, un partido que hasta hace poco decía que se rompía España. Han pasado de decir que se rompía España a, tras la reforma del Estatuto valenciano y la apuesta de Baleares por otro modelo de financiación, pedir barra libre para todos. Pues bien, ni se rompe España ni barra libre. Hay un modelo, hay unas reglas y creo que todo va a ir por ahí. Dijimos que los estatutos no van a ser fotocopias, que se podían hacer las reformas dentro de la Constitución y por consenso. Todo eso se ha producido. Bienvenidos.
P. ¿Cómo interpreta la irrupción de una plataforma de intelectuales en Cataluña como reacción ante el "exceso de nacionalismo" del Gobierno tripartito?
R. Es una manifestación del pluralismo de este país y de sus comunidades.
P. ¿Simpatiza con ese movimiento?
R. Todo lo que sea pluralidad me parece bien y lo respeto.
P. ¿No cree que puede ser interpretado como una manifestación de que Maragall ha decepcionado a mucha gente?
R. Eso tendrán que decirlo los ciudadanos en las urnas. El Gobierno tripartito gestiona y lleva adelante asuntos de importante contenido social.
P. ¿Cómo ve la situación del País Vasco?
R. Novedosa. Los ciudadanos decidieron el cambio el 17 de abril y apostaron por el entendimiento entre los partidos. El tema es saber coger el guante de los ciudadanos. Ya ha habido cambios. Tenemos un Parlamento presidido por una mujer y una composición con más mujeres que hombres.
P. ¿Le ha sorprendido el recurso del PP contra la ley vasca de paridad?
R. El PP es coherente con lo que hizo en el Gobierno cuando recurrió la propuesta de reforma de la ley electoral que favorecía la paridad en algunas comunidades. Algunos de esos recursos no los hemos retirado todavía por cuestión de forma, pero lo haremos. Tenemos prevista una ley de paridad. El PP es un partido muy conservador, que cree que las cosas funcionan por pura evolución natural. No se plantea remover obstáculos.
P. ¿Cree que ha cambiado el discurso del PNV tras las elecciones vascas?
R. Es precipitado evaluar qué cambios se van a producir. El PNV ha visto que la sociedad vasca ha cambiado y esperamos y deseamos que recoja ese guante. Nos equivocaríamos mucho si no lo recogiésemos. Hay que buscar el entendimiento, a través de una reforma del Estatuto.
P. ¿Si el PNV entra en esa vía de reforma estatutaria que ustedes defienden, el PSE facilitaría la investidura del lehendakari?
R. Todavía es pronto para decirlo. Vamos a presentar a Patxi López como candidato.
P. ¿Es posible reeditar el Gobierno PNV-EA-PSE?
R. Se puede facilitar la gobernabilidad en acuerdos parlamentarios, pero no formar parte de un Gobierno.
P. ¿No teme que la competencia entre PNV y el Partido Comunista de las Tierras Vascas haga imposible una reforma del Estatuto vasco una vez creada la ponencia?
R. El plan Ibarretxe no existe. La lección está aprendida. Un proyecto de Estatuto nuevo requiere no una mayoría del 51% sino de mayoría muy cualificada. Tiene que lograrse, por tanto, con los grandes partidos. Es lo que han dicho los ciudadanos vascos de forma abrumadora.
P. ¿Si pierde el PP la mayoría absoluta en Galicia, va a ser más fácil el entendimiento de este partido con el Gobierno socialista?
R. Tengo la sensación de que el 19 de junio, los gallegos van a apostar por un cambio y creo que debemos acostumbrarnos a que las elecciones autonómicas repercutan en su ámbito particular. No tendría por qué cuestionarse un liderazgo nacional. Pero, dicho esto, ya veremos... porque la gran incógnita del PP es Rajoy. No sabemos si cuando pronuncia sus discursos en los términos insultantes de los últimos tiempos lo está haciendo en nombre propio o como vicario de otro poder. La gran incógnita es el grado de autonomía de Rajoy en el PP.
P. ¿Por dónde se decanta usted?
R. Quisiera tener una oposición que hiciese el papel que le toca. Es un problema de democracia. Me parece básico que la oposición ocupe el papel institucional que le corresponde. Es una asignatura pendiente de la derecha de este país. Me gustaría tener una oposición fuerte, que haga control. No es posible que sigamos con una derecha acostumbrada a ocupar todo el espacio, el de la oposición cuando está en el Gobierno y el del Gobierno cuando está la oposición. Quiero una oposición que entienda la alternancia y que unas veces sepa apoyar y otras, criticar.
P. Este sábado [por ayer] habrá una manifestación contra el traslado de una parte del Archivo de Salamanca a Barcelona ¿El Gobierno cambiará de idea si la manifestación recibe un apoyo masivo?
R. El derecho de los ciudadanos a manifestarse es indiscutible y respetable. Me parece irresponsable la utilización partidista de algunas manifestaciones. Casualmente coincide que en tres fines de semana hay tres manifestaciones apoyadas por dirigentes del PP y en las tres semanas anteriores a las elecciones gallegas. El Gobierno ha hecho lo que cree mejor para todos, restituye los originales de unos documentos a sus legítimos dueños y amplía y mejora el archivo de Salamanca. A partir de ahí, la ley está en el Parlamento y corresponde a los grupos parlamentarios decidir.
P. Se anuncian movilizaciones callejeras apoyadas por la Iglesia ¿Blázquez, recién elegido presidente de la Conferencia Episcopal, les ha decepcionado?
R. No. Tenemos una buena relación con él. Le respetamos como lo hicimos con Rouco. No vamos a confrontar con la Iglesia. Próximamente se van a constituir las comisiones mixtas de diálogo sobre la enseñanza.
P. ¿Van a cambiar los acuerdos de financiación con la Iglesia?
R. No queremos cambiar los acuerdos de financiación pero estamos obligados en estos momentos porque la situación actual vence a finales de año. Estamos trabajando en ver qué decisión se adopta en relación con la revisión de los acuerdos.
P. ¿Será una revisión importante?
R. Hay varias opciones. Renegociar un acuerdo por cinco años, como el que hasta ahora existía, o negociar un acuerdo ahora año por año. Hay diversas alternativas. Ya sabe que lo que quieren es que desaparezca la retribución complementaria y que se aumente el porcentaje de participación, pero no parece que eso pueda prosperar en un principio.
P. Cuando estaban en la oposición calificaron de "intolerable" el relevo de algunos fiscales, como el fiscal Anticorrupción, Jiménez Villarejo, y el fiscal jefe de Madrid, Fernández Bermejo. ¿No es ahora también intolerable el relevo del fiscal Torres-Dulce por el fiscal general del Estado?
R. Apoyamos la reforma del PP que contemplaba que los cargos en la Fiscalía fueran por cinco años. Es la alternancia y un síntoma de normalidad democrática. Lo que no nos pareció bien entonces es que nada más entrar en vigor la ley, se relevase a esos fiscales. Estamos de acuerdo en que ahora se pueda producir no un cese sino una no renovación, que es lo que ha ocurrido con Eduardo Torres-Dulce, al que quiero expresar desde aquí mi más absoluto respeto, reconocimiento y consideración. Es un fiscal tan bueno como el que ha propuesto el fiscal general. No entiendo por qué ahora produce escándalo al PP lo que ellos aplicaron de forma más radical nada más entrar en vigor la ley.
P. En el último sondeo del CIS, todas las ministras suspenden, a excepción de usted ¿A qué lo atribuye?
R. Hay una visión bastante sectaria y sexista en la mirada a las mujeres de este Gobierno.
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