El plan de Sharon
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, es un hombre de hechos más que de palabras. Por tanto, en las raras ocasiones en las que revela sus objetivos políticos, es importante prestar atención y analizar cuidadosamente cada palabra. Por cierto, fue durante su reciente visita a Estados Unidos cuando reveló a un grupo de donantes judíos cómo prevé la evolución entre Israel y la Autoridad Palestina. Sharon divulgó un plan del que todavía no ha hablado en Israel, al menos no en un foro público. "No habrá negociaciones con los palestinos respecto a Jerusalén o a los bloques de asentamientos de Ariel, Maaleh Edumim y Gush Etzion", dijo, añadiendo que "seguirán eternamente bajo soberanía israelí dentro de un territorio contiguo". Esta frase directa revela tanto el método que el primer ministro israelí pretende adoptar como el elemento crucial que constituye la esencia de sus planes.
Con respecto al método, Sharon dejó meridinamente claro que pretende reproducir la estrategia unilateral que adoptó respecto a la retirada de Gaza. En otras palabras, Israel no piensa discutir dos de los aspectos más fundamentales de la ocupación -Jerusalén Este y los grandes bloques de asentamientos israelíes- e impondrá su plan a los palestinos. La paz, de acuerdo con esta lógica maquiavélica, se alcanza cuando el fuerte impone su voluntad al débil. No menos importante es la esencia, y en particular las dos palabras con las que Sharon concluyó su frase, a saber, "territorio contiguo". Vale la pena destacar esta expresión aparentemente inocua, dado que el intento de crear un territorio contiguo a partir de los bloques de asentamiento israelíes equivale a declarar la guerra.
Anexión
Permítanme que me explique. Ariel es un gran asentamiento situado en el interior de la parte septentrional de Cisjordania. El asentamiento de Maaleh Edumim está situado a unos 30 kilómetros al sureste de Ariel, mientras que Gush Etzion está situado a otros 20 kilómetros al suroeste de Maaleh Edumim, y en la zona sur de Cisjordania. Conectar estos tres bloques de asentamientos significa que el territorio que Sharon pretende ofrecer a los palestinos no será contiguo (excepto a lo mejor construyendo túneles), y que Israel tiene intención de anexionarse una gran porción del futuro Estado palestino, que ya es de por sí una entidad muy pequeña (22% de la Palestina del Mandato). Ningún líder palestino puede aceptar semejante solución. Pero dado que las negociaciones, al menos en referencia a estas cuestiones cruciales, no se encuentran en la agenda de Sharon, la postura palestina, en cierto sentido, no cuenta. El resultado de dicha maniobra será sin duda devastador, ya que, a diferencia de lo que sucedió con la retirada israelí de Gaza, respaldada por todas las facciones políticas palestinas, incluida Hamás, el plan que Sharon tiene para Cisjordania será rechazado unánimemente. Es muy probable que aumente la resistencia y que se reanude el ciclo sangriento de violencia, esta vez con espíritu más vengativo. En consecuencia, el fruto del plan de Sharon será la guerra, no la paz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.