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EL FUTURO DE EUROPA

Chirac y Schröder se conjuran para sacar adelante el presupuesto de la Unión Europea

El presidente francés advierte a Londres de que no aceptará revisar la Política Agraria Común

El presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder -dos políticos en la cuerda floja-, se conjuraron ayer en París para hacer frente común en la negociación del presupuesto de la UE para el periodo 2007-2013, que tendrá lugar el 16 y 17 de junio en Bruselas, en el Consejo Europeo que cierra la presidencia luxemburguesa. Chirac insistió en renegociar el llamado cheque británico por el que Londres recupera parte de su aportación, y Schröder le apoyó argumentando que "no puede ser un esfuerzo unilateral de Francia y Alemania", sino que todos los países deben implicarse.

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Desde Londres, como si se hiciera eco, el primer ministro, Tony Blair, admitía que todo es negociable, siempre y cuando se revise a fondo todo el sistema de financiación de la UE, en una clara alusión a Política Agraria Común (PAC), de cuyas subvenciones se benefician en gran medida los agricultores franceses. Chirac, sin embargo, rechazó cualquier revisión del acuerdo sobre la PAC negociado en 2002. "Estoy dispuesto a aportar un esfuerzo, y me reservo el derecho a escoger el modo de hacerlo, pero no estoy dispuesto a transigir sobre la PAC", dijo.

Schröder acudió raudo en su ayuda. "Hay la tendencia de acusar a Francia de ser inflexible" sobre la PAC, dijo, "pero en realidad no es así". Según el canciller alemán, fue gracias a las "concesiones" francesas que fue posible realizar la ampliación de la UE a los países del este de Europa. "Espero de nuestros amigos británicos que compartan las cargas", añadió, pero cada país "debe estar dispuesto a un gesto". España es uno de los países, hasta ahora receptores, sobre el que más exigencias hay para que acepte una reducción.

El hecho de que la presidencia rotativa de la UE recaiga en el Reino Unido a partir del 1 de julio despierta inquietud en París y Berlín, donde la decisión de Blair de aplazar sine die el referéndum sobre la Constitución europea es vista como un tiro de gracia al proyecto. La semana que viene, el primer ministro británico viajará a Bruselas y Luxemburgo, y también a París, donde es esperado el martes. Ayer, Chirac y Schröder evitaron incluso nombrarle. "Estoy convencido de que la presidencia británica trabajará con un espíritu de unidad y conciliación", se limitó a decir Chirac.

Chirac y Schröder están de acuerdo en no permitir "un aumento excesivo" del presupuesto de la UE y en tres principios básicos para negociar la financiación comunitaria: una "cierta" disciplina presupuestaria, solidaridad y respeto de los compromisos adquiridos, en clara referencia a la PAC. El jefe del Estado francés cree necesario que "cada uno haga un esfuerzo", y se refirió "en particular" a "nuestros amigos británicos" que "deben tomar conciencia de la evolución de las cosas" y de la "necesidad de una mayor equidad en las cargas".

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En 1984, la primera ministra Margaret Thatcher obtuvo para el Reino Unido el reintegro de parte de su contribución al presupuesto de la UE. Sin embargo, desde entonces, la situación ha variado radicalmente. En estos momentos, la británica es una de las economías más dinámicas de Europa y la aportación de Londres al presupuesto de la UE es la segunda más cuantiosa detrás de la alemana, y más del doble que la francesa. Alemania tiene un saldo negativo de 5.900 millones de euros; el Reino Unido, de 4.000, y Francia, de 1.900.

La crisis creada por el no francés y holandés al Tratado Constitucional Europeo planeó sobre el encuentro de Chirac y Schröder. Ambos se mostraron partidarios de que continúe el proceso de ratificación del texto constitucional, "por respeto a los pueblos y a la democracia", según el presidente francés. Schröder utilizó una advertencia más sombría. Advirtió de que "nada sería peor que detener el proceso", porque un abandono podría llevar a una situación como la vivida en los Balcanes.

El canciller alemán -que no quiso utilizar el término crisis para referirse al momento que vive el proceso europeo- criticó la "manera populista y demagógica" de afrontarlo, consistente en "hacer creer que la única respuesta es parar". Para Schröder ahora hay que mantener el proceso de ratificación, dejar que se celebren los próximos referendos y después "hacer balance y evaluar el resultado". Se trata, dijo, de devolver a los europeos la "confianza y el entusiasmo" por este "fantástico proyecto de paz y democracia".

Tras una reunión en París, el primer ministro francés, Dominique de Villepin (izquierda), y su ministro del Interior -y rival político-, Nicolas Sarkozy, acercaron ayer posturas para endurecer la política migratoria en Francia.

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