La Generalitat conmemora el 20º aniversario de la adhesión de España a las comunidades europeas

El vigésimo aniversario de lo que en su momento fue considerado como el ingreso de España en Europa, la firma del Tratado de Adhesión a las Comunidades Europeas, fue conmemorado ayer por el Gobierno catalán con la entrega de los premios Maspons i Anglasell y la concesión de becas del Patronato Catalán Pro Europa.

El acto, celebrado en el Palau de la Generalitat bajo la presidencia del consejero de Economía y Hacienda, Antoni Castells, contó con la participación de uno de los diplomáticos españoles que participaron en las negociaciones para la adhesión, Javier Elorza, actualmente embajador de España en la Federación Rusa.

Elorza explicó que en 1985 "el éxito era firmar" la adhesión. Como había sucedido antes con el Reino Unido, recordó, al aspirante no le fue dada otra opción que la de adherirse "y asumir las 60.000 páginas y todo el acervo comunitario".

La práctica demostró muy pronto que "el traje no le iba bien a España", dijo el embajador, y por tanto, inmediatamente comenzaron los intentos de mejorar la situación. "Hasta 1991 no fue posible tocar el Tratado de Roma, el fundacional", explicó Elorza, "pero hasta entonces nos aplicaron un rodillo que nos dejaba sistemáticamente en minoría de dos contra 10", con la sola compañía de Portugal.

Pero a partir de 1991, cuando los británicos obligaron a emprender una reforma que hiciera posible el mercado único europeo, el Gobierno español pudo ya "meter la pluma" en los tratados, de manera que a estas alturas ya puede decirse que "ya son también nuestros", señaló el embajador.

El consejero Castells destacó que, pese al amplio sentir europeísta de la sociedad catalana, en 1985 "había también miedo a lo que pudiera suceder con la economía catalana en un mercado abierto. "Veinte años después, el resultado ha sido un éxito", dijo.