La Cámara vasca permite formar grupo a EA y relega a Ezker Batua al Mixto

La Cámara vasca arrancó ayer definitivamente con la conformación de los grupos parlamentarios, tras una semana de parón en el que el tripartito (PNV, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua), lejos de acercar posturas, ha ahondado su división. Los socialistas facilitaron finalmente que EA cuente con grupo propio en esta legislatura. En cambio, Ezker Batua compartirá el Grupo Mixto con la única parlamentaria de Aralar, tras la negativa de Eusko Alkartasuna a permitir que el PNV preste dos diputados a la formación de Javier Madrazo para que alcance el mínimo de cinco que exige el Reglamento para poder formar grupo. El debate de investidura del lehendakari se realizará el próximo día 22.

La Junta de Portavoces aprobó ayer el calendario y el método para la reforma global del Reglamento que acabe con las lagunas que ahora presenta la norma que rige el funcionamiento de la Cámara vasca. Tomando como base el proyecto que quedó atascado en 1998, la Junta fijó para el 30 de septiembre la fecha para recoger las modificaciones propuestas por los partidos y, "a partir de ahí, ver cómo se puede crear la ponencia", informaron fuentes cercanas a la Presidencia de la Cámara.

La presidenta, la peneuvista Izaskun Bilbao, convocó el pleno de investidura del lehendakari para el día 22. En esa sesión es más que probable que el nacionalista Juan José Ibarretxe y el socialista Patxi López empaten a 33 votos. La formación heredera de Batasuna, EHAK, que quiere reunirse con ambos candidatos antes de ese pleno, tendrá de nuevo la llave en la Cámara vasca.

La portavoz del Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK en sus siglas en euskera), Nekane Erauskin, dijo ayer que "hay que acabar ya con el espectáculo bochornoso que se está dando en este Parlamento por parte del PNV, Aralar y EB a favor de sus intereses partidistas". Erauskin se refería así a las promesas que el PNV había hecho a EB acerca de que podría formar grupo parlamentario, lo que de rebote beneficiaba a Aralar con el disfrute en exclusiva de los medios materiales y económicos del Grupo Mixto y favorecía el apoyo de su única parlamentaria, Aintzane Ezenarro, a la investidura de Ibarretxe. Ezenarro no quiso ayer ligar una cosa con la otra, pero abrió la puerta a "otro tipo de alianzas", sin más precisión.

Casi dos meses después de que se abrieran las urnas en Euskadi y tras el doble bloqueo vivido para la elección del presidente de la Cámara y la conformación de los grupos, ayer arrancó la vida parlamentaria. Fue, no obstante, un arranque parcial, porque la Junta de Portavoces aplazó hasta septiembre la creación de las comisiones parlamentarias, pieza básica para el trabajo de control al Ejecutivo vasco. Lo que terminó ayer fue la sensación de vacío que venía arrastrando la Cámara.

Durante la reunión de la Mesa, los partidos, que se habían dado una semana para llegar a acuerdos, confirmaron que las posturas no se habían movido ni un milímetro. Pese a que Izaskun Bilbao se negó a hablar de semana perdida, el representante del PSE en la Mesa, Miguel Buen, admitió que "no se había avanzado nada" en estos siete días.

El tripartito, "tocado"

La diputada de Aralar fue más allá y dijo que el tripartito ha "quedado tocado" por su incapacidad de "dar una imagen unitaria". El representante de EA en la Mesa, Rafael Larreina, acudió con tres informes jurídicos para replicar cualquier crítica sobre posible "fraude de ley" o "ilegalidad" a su demanda de que sus siete diputados vuelvan a formar grupo separado del PNV, pese a haber ido en coalición a las elecciones. El PSE, que en la pasada legislatura votó en contra de los dos grupos, facilitó a EA sacar adelante su petición con la abstención de Ezker Batua. Buen indicó que avalaba la petición de EA el que la Junta Electoral reconoció la existencia de dos coaliciones en la proclamación de resultados del 17-A. "Y estos acuerdos no fueron impugnados", resaltó Buen. En cambio, EA, PSE y PP votaron en contra de la pretensión del partido de Madrazo de tener grupo propio. EB criticó la interpretación "partidista y sesgada" de EA.