"Todas las dietas funcionan; el que falla es el ser humano"
Arturo Rolla, argentino "de Corrientes", reside desde hace 33 años en Boston (Estados Unidos), donde ejerce como endocrinólogo del hospital Beth Israel. Profesor de la Universidad de Harvard, la pasada semana acudió a Bilbao para impartir la conferencia Obesidad: ¿culpable o inocente? en la Universidad de Deusto.Pregunta. Trabaja como endocrinólogo en un país donde el sobrepeso supone un problema de salud fundamental.
Respuesta. Ésa es una de las mentiras que nos hacemos en todo el mundo, que la obesidad es un problema solamente de Estados Unidos. Es un problema de todo el planeta.
P. ¿No se da sólo en los países más avanzados?
R. No, los países más avanzados están más avanzados también en obesidad, pero en diez años Europa va a estar a la misma altura que Estados Unidos. Y la paradoja es que aún en los países pobres está habiendo un gran aumento de la obesidad y no están preparados desde el punto de vista financiero y sanitario para poder tratar los estragos que hace la obesidad sobre la salud.
"No hay milagros. Esfuerzo en la dieta y ejercicio es la única receta para adelgazar"
"El cuerpo tiene defensas para tolerar una hambruna, pero no para la obesidad"
P. De comilonas está la Historia llena.
R. El número de obesos y el tamaño de los obesos nunca fue tan grande como ahora.
P. ¿Obesidad y anorexia son dos manifestaciones de una misma enfermedad?
R. Para ser sincero, no lo sabemos. Si bien hemos avanzado muchísimo en lo que es el control del apetito, todavía no sabemos cuáles son las alteraciones que te pueden llevar a la obesidad o a su opuesto, la anorexia nerviosa. Cómo una persona joven puede llegar a tener un control tan estricto y rígido del apetito hasta el punto de producirse una malnutrición severa e incluso la muerte. Y cómo, por el otro lado, estamos viviendo en una sociedad que facilita la sobrealimentación. Lo que sí sabemos es que desde el punto de vista genético estamos mejor preparados para tolerar una hambruna que la abundancia.
P. ¿Y eso?
R. Desde el punto de vista fisiológico tenemos una serie de cambios metabólicos muy importantes para tolerar la falta de calorías. De entrada, inmediatamente te aumenta el apetito, disminuyen todos los pensamientos que no sean los dirigidos a la comida y te baja el metabolismo basal un 30%. Por contra, cuando tienes abundancia de calorías, nada te defiende. Puedes seguir comiendo a pesar de no tener hambre.
P. ¿Cómo se ha llegado a este estado de una excesiva obesidad?
R. Estamos en una situación en que la comida se ha hecho muy fácil, barata y más sabrosa. Al tiempo, nuestra actividad física ha disminuido mucho. Comemos más de lo que tenemos que comer y apenas hacemos ejercicio.
P. No todos los obesos son iguales.
R. Hay muchas formas de obesidad y hay que tratar a cada uno individualmente. En cuanto al sexo también hay diferencias. Cuanto menor es el nivel sociocultural hay más obesidad entre las mujeres; en cambio, entre los hombres hay más obesos cuanto mayor es el nivel sociocultural.
P. ¿Cómo debe ser una dieta para bajar de peso?
R. Hay un gran debate científico sobre este tema, si debe ser baja en carbohidratos, alta en proteínas o incluso alta en grasas.
P. Muchas dietas funcionan, aun sin base científica.
R. Todas las dietas funcionan. Lo que no funcionan somos los humanos. Las dietas no fallan, los humanos fallamos. Si haces una dieta, cualquiera, que reduce el número de calorías y la haces bien, bajas de peso.
P. Pero habrá alguna mejor.
R. Yo recomiendo la dieta PEPE. Son las iniciales de Persistencia y Ejercicio, primero, y luego, Persistencia y Ejercicio. Es el secreto.
P. Dieta y ejercicio. No existen milagros.
R. No. Esfuerzo en la dieta y ejercicio es la única receta.
P. En el crecimiento de la obesidad ha influido la comida basura.
R. La publicidad de la comida basura asocia el tomar estos alimentos con éxito y felicidad en la vida y subliminalmente se queda el mensaje de que la felicidad y el amor están en las calorías y eso no es cierto.
P. El chocolate o un buen helado alivian cuando uno está deprimido.
R. La comida no es amor, no es felicidad. Las calorías no resuelven el problema que uno tiene y que le hace estar deprimido. Intentar solucionar la depresión comiendo es lo que se llama el apetito emociogénico. No comemos porque tengamos hambre, sino por una necesidad emocional, pensando que eso nos va a hacer felices. Y a ese engaño contribuye la publicidad de alimentos y bebidas calóricas que nos muestran gente feliz y delgada.
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