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Asalto a la banca italiana

Las entidades extranjeras quieren aprovechar el desarrollo del mercado, pero deben hacer frente a la oposición del banco central y una creciente competencia interna

El sistema bancario italiano se ha convertido en una mina de oro para las entidades extranjeras, entre ellas las dos grandes españolas, BBVA y Santander. Y como en cualquier mina, en la italiana hay filones de oro, pero también hay riesgos de derrumbamiento.

Las oportunidades del mercado italiano son evidentes en dos segmentos de los servicios financieros. El primero de ellos es el préstamo personal, del que se espera un enorme crecimiento ya que Italia tiene el nivel más bajo de Europa en endeudamiento familiar. El 25% de este mercado ya está en manos de entidades extranjeras. Un segundo filón es, para la compañías foráneas, el de la gestión de ahorros, que ahora controla en buena parte la francesa Crédit Agricole.

Los riesgos del mercado italiano son, sin embargo, muchos y variados. Los bancos extranjeros están obligados a excavar bajo varios estratos de ineficacia, y a hacer frente a las reglas impuestas por el Banco de Italia para evitar que las entidades extranjeras controlen la banca del país. Además, nadie sabe decir lo que puede durar este filón ya que hay elementos, como la creciente competencia del sector y una economía estancada, que hacen presagiar un corto periodo de grandes ganancias.

Los dos grandes bancos españoles, BBVA y Santander, consideran Italia un mercado estratégico. La primera está aún intentando hacerse con la BNL mediante una OPA, con la oposición del regulador.

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