Teoría de los fantasmas
Le escribo para comentar algunas de las reflexiones provocadas por la emisión en Telemadrid, la semana pasada, de un reportaje sobre el incendio de la torre Windsor.
En dicho reportaje se analizaban las grabaciones de un videoaficionado para sacar unas conclusiones definitivas sobre la permanencia en el edificio de personas desconocidas con oscuro proceder. "Expertos" en la materia analizaban cada fotograma para desmontar la hipótesis de un reflejo (hipótesis rechazada también por su periódico, por cierto); hipótesis que es la primera que cualquier persona podría pensar, dados los cristales espejados de la torre.
Dichos expertos basaban sus conclusiones en dos puntos fundamentales: primero, el vídeo se tomó desde un punto situado en una cota más baja que la ventana en cuestión, lo que imposibilitaría la reflexión desde el edificio colindante; y segundo, la ausencia de luminosidad en las ventanas colindantes a las de las siluetas demostraría que no era un reflejo, pues es casi imposible que la ventana reflejada coincidiera exactamente con la modulación de ventanas del Windsor.
Creo que si se piensa un poco, estas dos afirmaciones no resultan concluyentes.
La primera, porque en un edificio cuyo muro cortina se está desmoronando, puede suceder que uno de los paños de vidrio se haya descolgado algo, inclinándose un poco para reflejar un punto situado en una cota inferior.
Y la segunda, porque precisamente la ausencia de luminosidad en los paños contiguos sugiere que lo que hay detrás no es una estancia iluminada, estancia que en las modernas oficinas no suelen ser cuchitriles, sino más bien espacios diáfanos o con mamparas de baja altura en todo caso.
Por otra parte, la luminosidad ¿de dónde provenía? Es de suponer que la energía eléctrica estuviera cortada en ese momento.
Pienso que a los medios de comunicación les gusta la teoría de los fantasmas: vende más, desde luego.
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