La fotografía irrumpe en la casa y en su intimidad cotidiana
La casa es el centro de la vida urbana. Lugar de paso, guarida, contenedor de recuerdos, centro de la intimidad y, en algunos casos, tumba de jóvenes autorrecluidos en sus tecnológicas habitaciones. Viaje alrededor de mi casa es la exposición colectiva de PHotoEspaña 2005, que, inaugurada ayer en tres salas del Círculo de Bellas Artes de Madrid, se detiene en la ciudad contemporánea. Martin Parr, Bertien van Manen, Satoshi Minakawa, Guy Tillim, Miguel Trillo, David Spero, Francesco Jodice y Kal Karman presentan sus series (algunas especialmente creadas para el festival) sobre diferentes experiencias urbanas.
El miembro de Magnum Martin Parr (Surrey, Reino Unido, 1952) dedica su serie Parking spaces a un curioso viaje alrededor del mundo en busca de aparcamiento. El fotógrafo viaja por casi una treintena de países en busca de sitio para el coche, una búsqueda común en todo el mundo. El "pequeño milagro cotidiano" que es encontrar sitio para dejar el coche es visto con humor e ironía. El texto de presentación lo explica así: "Los coches habitan las ciudades, pero no son ciudadanos de ninguna de ellas, sino de todas al mismo tiempo".
Bertien van Manen (La Haya, Holanda, 1942) dedica su serie (que, como la de Parr, es inédita) a los retratos de familia. Imágenes de imágenes, algo fantasmales, tomadas en casas de París, Roma o Madrid. Presente y pasado, lo público y lo privado se confrontan en este trabajo.
Satoshi Minakawa (Tokio, 1971) retrata sofisticados coches-vivienda. Miguel Trillo (Jimena de la Frontera, 1953) reúne en su serie Habaneras a travestis y transformistas cubanos en sus casas de La Habana. David Spero (Londres, 1963) fotografía iglesias y cabañas en el bosque. Guy Tillim (Johanesburgo, 1962) presenta una serie sobre Johanesburgo, y Francesco Jodice (Nápoles, 1967) y Kal Karman (California, 1974) son los autores del vídeo documental Hikikomori. Los hikikomori son los jóvenes japoneses que viven encerrados en sus casas. Adictos a Internet y a la televisión, hablan rodeados de botellas vacías y ropa desordenada. "Hikikomori significa encerrado en tu propio corazón, oscuro, triste", dice uno de ellos en el documental. "En casa estoy cómodo, fuera hay mucha gente, y conocer a los demás puede ser muy doloroso", explica. "Los japoneses somos chicos tímidos", dice otro. "No como los italianos o los americanos", le replica una chica. "En los ochenta, la rabia juvenil salía a la calle. Hoy reprimimos nuestra rabia, y los adultos sólo nos consideran perezosos".
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