Kutxa se adelanta medio año a la prohibición de fumar en el trabajo
La medida afecta a los 2.200 empleados y a visitantes y clientes
La Kutxa comenzó a aplicar ayer la prohibición de fumar en todas sus instalaciones y dependencias sin excepción, adelantándose más de medio año a la entrada en vigor, en enero de 2006, de la Ley de Prevención de Tabaquismo, tras su aprobación por el Consejo de Ministros a mediados de abril pasado. La entidad financiera guipuzcoana se ha declarado un "espacio sin humo" y se convierte en la primera gran empresa vasca que adopta una medida de estas características.
Con el mensaje Gracias por no fumar y la imagen de un rostro que guiña sonriente, la Kutxa advierte de la prohibición -aunque no se cita expresamente este término- de fumar en toda su red de oficinas y sucursales. El veto va dirigido tanto a los empleados como a los clientes y visitantes de la caja. La Kutxa tiene una plantilla formada por casi 2.200 trabajadores y cuenta con cerca de 230 sucursales bancarias -cien de ellas fuera de Guipúzcoa-, además de otras sedes abiertas al público, como las salas de exposiciones, el Kutxaespacio de la Ciencia y el Instituto Oncológico, entre otras.
El veto de la Kutxa a fumar en el puesto de trabajo es la culminación de un proceso iniciado hace dos años, explica el médico Javier Arruti, jefe de Prevención de Riesgos Laborales de la entidad, y tras un acuerdo alcanzado entre la dirección y los empleados. Varias empresas de Guipúzcoa se han dirigido a la Kutxa para interesarse por la adopción de esta medida con la finalidad de aplicarla también en sus centros de trabajo.Las oficinas de la Kutxa amanecieron ayer adornadas con pegatinas y carteles verdes que informaban, "con un tono amable", de la imposibilidad de encender un cigarrillo. Entre los empleados no había otro tema de conversación: el tabaco. "No se ha producido una contestación importante por parte de los fumadores", comentó ayer Arruti, quien añade que, en unas encuestas realizadas antes de poner en práctica la prohibición, "muchos fumadores estaban a favor de aplicar esta medida, sobre todo entre quienes fumaban más de 20 cigarros al día".
La caja pretende convertir sus oficinas en "un ambiente sin tabaco" y en "un entorno mejor para empleados y clientes". Cuando no estaba penalizado su consumo, asegura Arruti, se daban situaciones "conflictivas" entre fumadores y no fumadores, sobre todo en las oficinas pequeñas y bunkerizadas: "Era muy difícil conciliar la libertad de los fumadores y los no fumadores durante siete horas de trabajo". En lugar de resolver estas disputas con una medida tan drástica como la prohibición de fumar, la caja puso en marcha en 2003 una campaña de deshabituación tabáquica para sus empleados costeando la mitad del coste de un tratamiento especializado y dirigido por el Servicio de Prevención del Tabaquismo de Policlínica Guipúzcoa. El programa obtuvo un éxito del 70% de los 110 trabajadores que intentaron desengancharse.
'Narcosalas'
Durante el periodo previo a la prohibición, también se les informó de los efectos negativos del tabaco en la salud de las personas, tanto de los fumadores como de quienes se exponen al humo. Su consumo es la principal causa evitable de mortalidad y enfermedad en España. En Euskadi, siete personas mueren al día por enfermedades causadas por el tabaco, según los datos ofrecidos esta semana por el consejero de Sanidad.
La entidad de ahorro barajó incluso aplicar el veto desde el pasado 1 de enero, un año antes de su obligatoriedad con la entrada en vigor de la futura ley estatal, pero el Comité de Salud y Seguridad Laboral -los empleados están representados a través de los sindicatos- acordó finalmente hacer efectiva la medida desde ayer. Arruti aseguró que la entidad no ha previsto ningún mecanismo de vigilancia ni sanciones en el caso de un cumplimiento de esta decisión.
Los trabajadores que se resisten a dejar de fumar -el 28% de la plantilla sufre esta adicción, según Arruti- tienen que contentarse con encender sus pitillos en dos "narcosalas" con abundante ventilación que han sido habilitadas provisionalmente para fumar.
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