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La policía desarticula una gran red europea de falsificación y venta de sustancias dopantes

Los investigadores detienen a 70 personas en 13 provincias e intervienen 10 toneladas de material

Carlos Arribas

La Operación Mamut, que han desarrollado de manera conjunta la policía y la Guardia Civil, culminada el pasado martes, ha supuesto el mayor golpe dado en Europa contra una de las plagas que más se han extendido en los últimos años, la falsificación, distribución y venta de sustancias dopantes. Ayer se conocieron sus detalles: se han desarticulado seis laboratorios clandestinos en Cataluña, País Vasco y Cantabria, se ha detenido a 70 personas y se han decomisado 10 toneladas de material, más de 30 millones de dosis de sustancias prohibidas que hubo que transportar en seis camiones y 30 furgonetas.

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Entre los deportistas profesionales, los aficionados a trabajar el físico, los asiduos a los gimnasios de musculación y todos aquellos dispuestos a cualquier cosa con tal de lucir en pocos días musculaturas imponentes, los mitos corrían a toda velocidad. Qué buena es la testosterona turca, se decían unos a otros, y la hormona del crecimiento rusa, y la IGF eslovena. Y así. Sin saber que la caja con ampollas de Sustenon (testosterona), aparentemente de los laboratorios Organon y etiquetada en turco que compraban por Internet, en franquicias de algunas tiendas de dietética o en el floreciente mercado negro de los gimnasios se fabricaba en realidad en un laboratorio clandestino de Esparreguera, Lliçà d'Amunt o cualquier otra localidad del cinturón industrial de Barcelona.

Esto se supo ayer, cuando agentes de la Comisaría General de Policía Judicial de la Dirección General de la Policía y de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil explicaron y describieron la operación conjunta que les permitió entre el lunes y el martes la desarticulación de la mayor red europea de elaboración, almacenaje, distribución y venta de sustancias dopantes.

Seis laboratorios

Durante la operación, denominada Mamut, se desarticularon seis laboratorios clandestinos de elaboración y falsificación en Cataluña, Cantabria y Álava, se detuvo a 70 personas, se procedió a 56 registros en 13 provincias y se decomisaron más de 10 toneladas de productos que hubo que cargar en seis camiones y 30 furgonetas, 30 millones de dosis de todo tipo de productos, sobre todo anabolizantes.

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"Tenemos la certeza de que es el mayor golpe que se ha dado nunca al tráfico de sustancias dopantes en Europa", expresaron, satisfechas, fuentes de la investigación. "Y también la certidumbre de que hasta ahora España, donde el tráfico, la manipulación y el consumo de este tipo de sustancias no supone delito penal, ha sido un paraíso para las organizaciones clandestinas. Se han asentado en España porque en Francia o en Italia, por ejemplo, se arriesgaban a fuertes penas de cárcel. Aquí está menos perseguido", indican las mismas fuentes.

Según los documentos incautados, la red desarticulada también vendía los productos en el extranjero, en especial en el Reino Unido, Francia e Italia. La materia prima era importada de manera irregular de Asia o del este de Europa.

Precisamente, la Ley del Dopaje que se aprobará próximamente en España, prevé la inclusión en el Código Penal de estos supuestos, la creación de una fiscalía antidopaje y la puesta en marcha en el Cuerpo Nacional de Policía de una unidad especializada en la persecución de este delito.

En la futura ley también se prevé la cooperación con la Agencia Española del Medicamento y la secretaría de Estado para el Deporte. Esta colaboración ya se ha producido de manera estrecha en la Operación Mamut, último paso de una acción iniciada hace tres años por la brigada de investigación tecnológica de la Comisaría General de Policía Judicial.

Todo comenzó cuando un agente de la brigada tecnológica descubrió una dirección de Internet argentina que ofrecía éxtasis en pastillas y líquido. El policía entró en chats, foros y otro tipo de comunicaciones y logró ganarse la confianza de la persona encargada de la web, quien finalmente le llegó a decir que no era argentino, sino andaluz, que trabajaba en Andalucía y que podía venderle también cualquier tipo de producto de doping. De ese hilo han surgido al menos tres operaciones policiales contra el tráfico de sustancias dopantes, la Gamma 2, la Mazas, que el verano pasado supuso la detención de más de 100 personas, y la Mamut, la más efectiva y espectacular, concluida el martes pasado.

Junto a falsificaciones muy sofisticadas -los delincuentes falsificaban los cartones en empresas de serigrafía y hasta los hologramas de seguridad- de veteranos productos de la farmacopea del dopaje, como el Winstrol (el estanozolol que usó Ben Johnson en Seúl 88), el Deca Durabolín o el Testovirón Depot, la red desarticulada se atrevía con las novedades de última generación, como el IgTropin, IGF-1 (factor de crecimiento insulínico) de largo R3, que es lo más de lo más, y completamente indetectable en los controles, o el Humatrope, hemoglobina artificial. "Y eran rápidos y buenos", cuentan fuentes de la investigación. "Hace tiempo, por ejemplo, el laboratorio Zambon denunció que había detectado la falsificación de Winstrol. Poco después, para no despertar sospechas, falsificaron el cartonaje del Winstrol australiano y empezaron a inundar el mercado con ello".

Parte del material decomisado por la Guardia Civil y la policía<i>.</i>
Parte del material decomisado por la Guardia Civil y la policía.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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