Los obispos llaman a manifestarse contra la ley que legaliza el matrimonio gay

La Iglesia católica se va, finalmente, de manifestación contra el Gobierno socialista, pese a reiterados desmentidos de sus dirigentes. Lo acaban de desvelar el Arzobispado de Madrid y la Diócesis de Málaga, cuyos prelados -el cardenal Antonio María Rouco y el obispo Antonio Dorado- son miembros de la dirección de la Conferencia Episcopal. La manifestación se celebrará el próximo 18 de junio en Madrid, en contra de la reforma del Código Civil que legaliza el matrimonio entre homosexuales. El Arzobispado de Madrid llama a apoyar esa manifestación "dado que las iniciativas de diálogo planteadas no han sido tenidas en cuenta, y siendo previsible que no lo serán [en el futuro]".

Los obispos consideran la legalización del matrimonio gay un ataque frontal a la doctrina moral católica. "Fabricar moneda falsa es devaluar la moneda verdadera y poner en peligro todo el sistema económico. De igual manera, equiparar las uniones homosexuales a los verdaderos matrimonios, es introducir un peligroso factor de disolución de la institución matrimonial y, con ella, del justo orden social", dice una nota aprobada por el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) el 15 de julio de 2004.

"Es una Ley radicalmente injusta y perjudicial para el bien común", añaden los prelados antes de llamar a la objeción de conciencia contra la medida. "A dos personas del mismo sexo no les asiste ningún derecho a contraer matrimonio entre ellas. El Estado no puede reconocer este derecho inexistente, a no ser actuando de un modo arbitrario que excede sus capacidades y que dañará muy seriamente el bien común", proclama la CEE arguyendo razones "de orden antropológico, social y jurídico".

Movilización general

Hasta ahora los prelados habían negado que fueran a convocar o apoyar manifestaciones contra esa u otras reformas del Gobierno, como la legalización de la investigación con embriones, la ampliación de la ley del divorcio o la reforma de la de educación. Desde ayer ya no hay duda de la actitud episcopal. El Foro Español de la Familia, convocante de la manifestación del 18 de junio en Madrid, cuenta con su apoyo.

La CEE no respaldará institucionalmente la convocatoria, pero sí lo hacen distintos obispos, algunos tan implicados en la dirección de la Conferencia Episcopal como el cardenal Rouco, su presidente hasta marzo pasado, y el obispo Dorado, elegido ese mes como miembro del comité ejecutivo de la poderosa institución.

Los obispos hacen valer, de esta forma, sus plenas competencias sobre sus diócesis para movilizar a párrocos y rectores de iglesias. De momento, lo han hecho tres prelados: el obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea Escolano; el prelado de Málaga, Antonio Dorado, y el obispo auxiliar del cardenal Rouco, Fidel Herráez. Este último ha dirigido una carta a los sacerdotes de las parroquias y lugares de culto de la archidiócesis de Madrid comunicándoles la existencia de una Nota del Consejo de Laicos que llama a manifestarse. Les pide que sea leída en las eucaristías de algunos de los dos fines de semana previos a la manifestación.

"Dado que las iniciativas de diálogo planteadas no han sido tenidas en cuenta, y siendo previsible que no lo serán, creemos en conciencia que debemos manifestarnos públicamente para hacer valer nuestros derechos democráticos y oponernos a leyes que suponen, a nuestro juicio, una agresión a los fundamentos de la vida familiar y social", dice la nota. Las leyes a las que se hace alusión son, además de la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo -permitiéndoles, además, la adopción-, la ley del divorcio, la experimentación con células embrionarias y la Ley Orgánica de Educación, a la que se acusa de pretender "controlar el ideario de los centros educativos concertados".

Por su parte, el obispo Dorado ha dirigido una carta a sus sacerdotes mediante el secretariado de Pastoral Familiar de su diócesis. "Hay diversas asociaciones y movimientos que han promovido viajes para hacerse presente en Madrid", les dice antes de hacer referencia al mensaje del papa Benedicto XVI anunciando el domingo pasado que asistirá al V Encuentro Mundial de las Familias de junio de 2006 en Valencia. "La Iglesia no puede dejar de anunciar que, de acuerdo con los planes de Dios, el matrimonio y la familia son insustituibles y no admiten otras alternativas", sostiene Dorado.

El Senado inicia hoy, en ponencia, el debate sobre este polémico proyecto de ley, que cuenta con el veto del Partido Popular y de los democristianos de Unió. Pese a esa oposición, el Gobierno socialista confía en que las bodas gays puedan ser una realidad este próximo verano pues espera que el proyecto sea ratificado por el Congreso de los Diputados el 30 de junio, en el llamado pleno escoba que cierra el periodo de sesiones antes del descanso estival.