Los líderes europeos apuestan por seguir adelante con el proyecto de ratificación

El tren de la integración europea no se detiene. Los líderes de la UE reconocieron ayer que el rechazo de los franceses a la Constitución constituye un serio revés, pero trataron de desdramatizar lo sucedido para mantener vivo el proyecto. "Hace falta que mantengamos la sangre fría", afirmó Jean Asselborn, ministro de Exteriores de Luxemburgo, país que preside la Unión hasta el 30 de junio. "No hay que hablar de crisis ni de parálisis", añadió el responsable de la política Exterior de la UE, Javier Solana. Los Veinticinco mantienen el calendario para ratificar la Constitución y confían en pactar una salida al tropiezo francés. Un no en el referéndum de mañana en Holanda agravaría la situación, ya que el Reino Unido ha insinuado que en ese caso podría suspender su propia consulta.

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