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REFERÉNDUM EUROPEO | Consecuencias en el socialismo

Fabius se declara "disponible" para la alternancia

El ex primer ministro socialista se ofrece a dirigir la reunificación del partido frente a Hollande

Laurent Fabius, el ex primer ministro socialista de 58 años y que encabezó las filas del no a la Constitución europea en contra de su partido, disfrutó ayer de su momento de gloria. Avalado por el 56% del electorado socialista, que el domingo votó no, Fabius esperó casi 24 horas para dirigirse a los franceses y lo hizo en horario estelar de televisión. Fabius pidió al Partido Socialista (PS) "que escuche" lo que dicen sus electores, y dijo estar "disponible" para preparar con quienes quieran hacerlo "la alternancia". "Los electores socialistas se han pronunciado y deseo una reunificación del PS y de los socialistas sobre un proyecto claro". "He escuchado esta voluntad de los franceses que ahora esperan que las cosas cambien y esta esperanza está en las manos del PS", añadió.

El número dos del PS defendió a quienes, como él, desafiaron la decisión mayoritaria del partido de apoyar la Constitución. "Por suerte ha habido gente del PS que tomó la decisión de apoyar la posición que finalmente se ha impuesto", dijo, porque en caso contrario se abría el peligro de "alimentar los extremismos".

En contraste con sus derrotados correligionarios, Fabius mostraba ayer una imagen plácida, tranquila, la mejor cara de la victoria, y se mostró convencido de que es posible "renegociar" el Tratado Constitucional en "dos o tres puntos importantes y decisivos". Para Fabius, la solución a la crisis abierta en Francia "se llama alternancia".

"Jurídicamente", dijo, el presidente Jacques Chirac "debe seguir", pero "políticamente hay razones para inquietarse por él; su debilitamiento no debe afectar a los intereses de Francia".

Preguntado sobre si creía necesario un congreso extraordinario en el PS, no quiso responder, pero parece inevitable que la fecha sea fijada el próximo sábado en la reunión del Consejo Nacional que debe analizar la situación tras el desastre del referéndum. Allí se verá las caras con la cúpula del partido, encabezada por su primer secretario, François Hollande.

"Tenemos algunas cosas que decirnos", dijo ayer Hollande en una entrevista radiofónica cuando se le preguntó por Fabius. "No se trata de personas", dijo más tarde, al entrar en la sede del partido, en la calle de Solferino, "aunque algunas personas tendrán que dar explicaciones por haber desafiado lo que decidió la militancia".

Si Fabius se apoya en los electores socialistas, Hollande se ampara en la militancia del PS. "Yo tengo un principio", dijo ayer: "hay que respetar las reglas". "Será necesario que alguien guarde la vieja casa", añadió solemne, apropiándose de la frase de Léon Blum cuando se produjo la escisión comunista de la Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO), en 1920. En declaraciones a Radio Info, Hollande dijo que no iba a renunciar a su puesto en favor de "aquellos que no han respetado el voto de los militantes y que han dividido profundamente el partido"

Hoy por hoy, la militancia no le perdona la traición. Fue el propio Fabius quien forzó la votación interna sobre la postura que había que tomar ante el referéndum, la perdió por un margen incluso más amplio que el resultado del domingo y, sin embargo, se mantuvo firme en favor del no.

Pero al contrario que quienes se embarcaron en la campaña con comunistas, trotskistas y antiglobalizadores, Fabius permaneció discreto, saliendo a la palestra sólo en momentos muy determinados y nunca en actos públicos.

Fabius tiene una dura tarea por delante si quiere reconquistar a la militancia que le considera traidor y principal artífice de que el electorado socialista se inclinara mayoritariamente por el no. Pero debe hacerlo, porque sino sus posibilidades de llegar al Elíseo sin el partido detrás y sin un programa, son nulas.

Fabius no está sólo entre los socialistas del no. La campaña ha propulsado al ex primer secretario Henri Emmanuelli, presente en todos los mítines y en multitud de debates y entrevistas, que ayer también adoptó una imagen serena y presidenciable y pidió al PS que evite reaccionar con "instintos sectarios" y se disponga a organizar unas elecciones primarias para designar al candidato socialista a la presidencia en 2007.

Para el resto de la izquierda que hizo campaña por el no, el de ayer fue un día de gloria, especialmente para los comunistas y su líder, Marie-George Buffet, que ha conseguido sacar al viejo Partido Comunista Francés del pozo de la irrelevancia, tras casi una década de continuo retroceso electoral, lo que le permite ahora soñar con un "Frente Popular o un Mayo del 68", aunque tal vez se contente simplemente con hacer valer su peso para reeditar el Programa Común mitterrandiano.

Laurent Fabius, líder socialista del <i>no,</i> durante su comparecencia de ayer en la televisión francesa.
Laurent Fabius, líder socialista del no, durante su comparecencia de ayer en la televisión francesa.ASSOCIATED PRESS

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