Cataluña creó un millón de puestos de trabajo en la última década

Entre 1996 y 2004, el último ciclo expansivo de la economía catalana, con un crecimiento medio del orden del 3%, Cataluña creó casi un millón de puestos de trabajo, concretamente 991.200, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) actualizada. Tanto para la Generalitat como para los agentes sociales, la creación de empleo es un hecho incontestable, teniendo en cuenta que en la última década la población catalana creció alrededor de 720.000 personas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El clima de bonanza de la última década se ha trasladado en términos numéricos al mercado laboral.

El debate sobre el empleo en Cataluña se centra ahora en la calidad y en su productividad.

"Hay mucho más empleo que en 1996, el ritmo de crecimiento ha sido fuerte y Cataluña sigue siendo líder en número de personas ocupadas en España", destaca el director general del Servicio de Ocupación de Cataluña (SOC), Francesc Castellana. Cataluña cerró el primer trimestre de 2005 con una población ocupada de algo más de 3,2 millones de personas, según contabilizó la última EPA, el 17% de toda toda la población ocupada de España. Esta cifra representa el 44% más que en idéntico periodo de 1996 y está dos décimas por debajo del crecimiento del empleo en el conjunto del país.El empleo ha crecido menos en Cataluña que en las otras tres grandes comunidades autónomas españolas. La valenciana ha creado más de 700.000 puestos de trabajo, casi el 54% más que en 1996. En Andalucía, de los casi 2,9 millones de personas que están hoy ocupadas, más de un millón lo han conseguido en estos últimos nueve años, el 57% más. Donde más ha crecido el empleo ha sido en la Comunidad de Madrid. Lo ha hecho casi el 62%, tras crear también más de un millón de puestos de trabajo.

A juicio de Castellana, eso no significa que Cataluña esté perdiendo fuelle. "Nosotros estamos varios pisos más arriba; cuando se parte de una posición más baja, crecer es más fácil", señala el director general de Empleo de la Generalitat, opinión que comparten todos los agentes sociales, a pesar de que Comisiones Obreras ha advertido síntomas de estancamiento en 2004.

En Cataluña, siete de cada de 10 personas están ocupadas -cinco años antes de lo que marca la agenda de Lisboa-, la tasa de actividad (porcentaje de personas mayores de 16 años que quieren trabajar) es la más alta de España (75%) y el índice de paro es el más bajo de las cuatro comunidades: 7,9% el 31 de marzo de 2005, frente a una tasa que en Andalucía supera el 14%; en Valencia, el 10%, y en Madrid, el 8,2%.

Los datos anteriores llevan a Fomento del Trabajo a asegurar que "no hay que estar preocupados", según Javier Ibars, director de Relaciones Laborales y Asuntos Sociales de la patronal catalana; postura que comparte CC OO de Cataluña, cuya secretaria de Acción Socioeconómica, Dolors Llobet, recuerda que la diversificación de ramas "confiere más posibilidades en el momento de superar posibles situaciones de crisis".

Poca productividad

Tanto la Generalitat como los agentes sociales coinciden en señalar que en estos momentos el principal reto del mercado laboral catalán no es tanto la cantidad como la calidad. Un millón de empleos en nueve años: ¿mucho o poco? "Depende de la productividad", señala Albert Roca, director del área de Economía y Política Industrial de Pimec. Según Roca, hay que saber qué está generando ocupación y dónde. "No es lo mismo que se esté creando porque el Gobierno de turno ha incentivado la jornada a tiempo parcial, porque la Generalitat se haya dedicado a aumentar el cuerpo de bomberos, por ejemplo, o que sea fruto de la construcción de una nueva fábrica".

Pimec asegura que el empleo se ha creado en sectores de baja productividad. Según datos la Seguridad Social, de los 236.500 personas afiliadas en el periodo 2000-2004, los empleos de casi 70.000 los ha creado el sector público y 65.000 los servicios a empresas, por encima de los 56.000 de la construcción. "Se están creando puestos de trabajo en sectores no comercializables, que no se pueden vender al exterior", alerta Roca.

Todo lo contrario que en la industria, que desde 2001 ha perdido empleo en Cataluña. La crisis que está azotando determinados sectores, como el textil, el de los componentes de la automoción y la electrónica, ha tenido su impacto. El primero de ellos, aquejado por las importaciones de prendas chinas, ha perdido 18.500 afiliados a la Seguridad Social, y el sector del metal, 10.000 trabajadores.

Uno de los datos que miden la calidad del empleo es la temporalidad. Y ésta permanece como una de las principales sombras, pese a haber reducido su índice 10 puntos en la última década, hasta el actual 23,3%. En el mismo periodo, la tasa de temporalidad apenas se ha reducido dos puntos en el conjunto de España, hasta el 32% de hoy, lo que hace pensar a Comisiones Obreras que la contratación temporal tiene más que ver con el modelo productivo y con el nivel de paro que con la legislación, que es la misma en toda España.

Fomento, sin embargo, sostiene que flexibilizar el mercado laboral, abaratamiento del despido inclusive, es "fundamental para generar más empleo y más estable", según Ibars.

Pese al éxito cuantitativo en cuanto a empleo, la secretaria de Ocupación de la UGT de Cataluña, Neus Munté, recuerda que el crecimiento llevado a cabo "no es suficiente para dar salida a todas las personas que quieren trabajar": mujeres, jóvenes y mayores de 45 años, tres colectivos a los que no les ha llegado la bonanza. La opinión es compartida por Francesc Castellana, quien destaca la nueva apuesta del SOC para "personalizar la intermediación".

Roca afirma: "Tenemos un sistema productivo que no puede crecer sin crear empleo, lo cual no siempre es bueno para la productividad. Quizás la ocupación que estamos creando es innecesaria". El índice de vacantes existentes que proporciona el Ministerio de Trabajo y los datos de subocupación (gente que trabaja por debajo de su cualificación), que en Cataluña alcanza el 42%, según la UGT, apuntan hacia un desajuste entre la oferta y la demanda de puestos de trabajo.