El viento obliga a suspender más de cuatro horas los conciertos principales de Festimad

La organización de Festimad suspendió anoche temporalmente, pasadas las 21.30, el concierto principal que se estaba desarrollando en uno de los escenarios. Un fuerte golpe de viento hinchó como una vela la lona que cubría el escenario y desestabilizó su estructura mientras actuaba el grupo Fu Manchú. Quedaban por actuar Incubus, System of a Down y The Prodigy. La impaciencia del público se tradujo en silbidos generalizados y actos de vandalismo como el derribo de vallas y de un vehículo de promoción. A las dos de la madrugada, Incubus comenzaba su actuación.

Los organizadores de Festimad trataron en repetidas ocasiones de tranquilizar a los asistentes explicándoles desde la megafonía del escenario cual era la situación. A eso de las 12.30 horas, empezaron a escucharse las guitarras en la prueba de sonido del grupo Incubus, que tuvo que trasladar todo su equipo de un escenario a otro para poder actuar. Hora y media, y cuando los ánimos comenzaban a caldearse de forma alarmante, Incubus comenzaba por fin a tocar.

Apenas un día antes, nada hacia presagiar que el tren de Festimad fuese a descarrilar de esta manera. Marilyn Manson cerraba la madrugada del sábado una primera jornada del festival en el que, tras el polvo tragado, se imponía la celebración del rito del rock más vistoso y oscuro. El norteamericano, con una banda pintada a la altura de los ojos a modo de antifaz, no defraudó, si bien el sonido descendió notablemente a partir de las cinco primeras canciones. Aupado en sus alzas ortopédicas, rodeado de sus músicos y dándole al escenario un cierto ambiente de película de Murnau, Manson ofreció lo más granado de su repertorio personal, sazonándolo con versiones como Personal Jesus, de Depeche Mode, o el éxito Tainted Love. Gran dominador del espectáculo escénico, Manson cumplió de sobra con su papel de broche de oro. En el segundo día de conciertos se reveló la estrategia de los organizadores y que consiste en hacer del festival una cita de referencia para las últimas tendencias del género. Rock clásico de carretera, sucio stoner con ecos marihuaneros, sonidos que buscan el mestizaje entre la tradición y las raíces e, incluso, la apuesta que supone la mixtura entre espectáculo de guitarras y electrónica.

La primera tanda de actuaciones correspondió de nuevo a sonidos nacionales y, entre las varias propuestas sobresalieron especialmente dos. La primera tiene que ver con los granadinos Hora Zulu, quienes supieron desplegar su propuesta salvaje que incluye los ambientes musicales flamencos como singular atractivo. Buena actuación la suya, confirmando su pulsión entre los espectadores más jóvenes. La segunda tiene como protagonistas a Hamlet, auténticos pioneros a la hora de traducir todo el universo metálico a la idiosincrasia y lengua española. Presentaban su séptimo elepé de estudio y se llevaron una sorpresa al descubrir la multitud de chavales que desafiaron al sol las cuatro de la tarde para disfrutar de sus canciones.

En cuanto a la presencia extranjera, el cartel resultó más variado. Del extraño psycho-goth-a-billy de los británicos The Eighties Matchbox B-Line Disaster, al blues salvaje de Five Horse Jonson. En cuanto al stoner, el estilo estuvo representado por Clutch, que hasta se atrevieron a cantar un tema en castellano. También Mondo Generador fueron artífices de un rock torturado al borde de los límites del punk, mientras que otro miembro de Kyuss, John García, ofrecía una de las actuaciones más esperadas de la noche.