El paro del Metal sella la división de los agentes sociales
La huelga del Metal en Vizcaya sirvió ayer para evidenciar las diferencias entre los sindicatos y la patronal. Mientras las tres centrales convocantes -UGT, CCOO y LAB- se felicitaban por la repercusión del paro, que, según sus datos, superó el 70% de seguimiento, la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) la dejaba en un escaso 18%. Para UGT el apoyo a la protesta alacanzó un 80%, porcentaje que Comisiones Obreras cifró en el 75% y LAB en el 71%.
Los empresarios presentaron una muestra de seguimiento sobre 9.000 trabajadores y aseguraron que sólo 1.600 secundaron el paro. A su juicio, estas "bajas cifras" deben hacer reflexionar a las centrales sobre sus peticiones de reducción de jornada y aumento de salarios que inciden en la competitividad.
José Guillermo Zubia, secretario general de la patronal vasca Confebask, aseguró en este sentido que la huelga "es algo consustancial a los procesos de negociación" y que en Vizcaya se dan unas posiciones sindicales "bastantes intransigentes, en una situación extraordinariamente delicada en el sector", informa Alberto Uriona. Los empresarios incidieron en que la huelga tuvo mayor incidencia en las pequeñas empresas que en las grandes.
El sindicato ELA, mayoritario en el sector y que no convocó la huelga, aunque animó a sus militantes a secundarla si no tenían convenio en sus empresas, hizo también su propio análisis. La central nacionalista aseguró en un comunicado que el seguimiento demuestra la disconformidad de los trabajadores con la oferta patronal.
ELA reiteró su ofrecimiento a UGT, CC OO y LAB "para organizar una movilización a fondo" porque esta convocatoria no era suficiente. La central mayoritaria reiteró su voluntad de abrir el conflicto a las grandes firmas e instó "a realizar un listado con las empresas en las que impulsar, entre todos los sindicatos, conflictos para romper en el ámbito de sus convenios los límites que la patronal impone y combatir la precariedad y las discriminaciones". ELA ha apostado reiteradamente por los convenios de empresa frente a los de sector.
Representantes del comité de empresa de Babcock Borsig España, empresa cuya plantilla secundó la huelga, solicitaron ayer la "implicación" del Gobierno central ante el "fracaso del proyecto de ATB" para sacar adelante la compañía de bienes de equipo. Un grupo de miembros del comité mantuvo en Vitoria una reunión con el delegado del Gobierno, Paulino Luesma, para solicitarle que, junto con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), se busque "un nuevo proyecto para Babcock".
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