Variopintas visiones de un problema espinoso
"La propuesta sólo me parece bien como solución eventual, porque existe el peligro de que este espacio mínimo se tome como norma", opina el artista Lucas Gómez sobre la propuesta del Gobierno para la vivienda joven. La mayoría de los artistas que acudieron ayer al Neoateneo asemejaba la idea lanzada con la infravivienda, pero le daba un margen de confianza en función del precio y las condiciones, dado que el mercado del alquiler, más que por las nubes, ya roza la estratosfera.
"No sé bien cómo viviría en un estudio así. Dónde pondría el caballete y dónde la cama. Sería un caos y un dilema diario". El artista Víctor Toledo no se imagina habitando una vivienda reducida y sin un estudio independiente para sus obras. "Está claro que hay un grave problema y los jóvenes queremos llamar la atención sobre él. Hasta ahora o tenías dinero o te quedabas fuera", opina Martín Moniche, organizador de esta sesión de arte efímero. La jornada pretendía denunciar la preocupación por el espacio vital y creativo de estos jóvenes artistas.
Las propuestas eran variopintas y se decantaban entre la más concreto del piso piloto, a la más abstracta que evocaba la cartografía de lo confortable. Pero todos estaban ayer encantados: "Por un día tenemos un espacio en pleno centro y con vistas a la calle Larios", ironizaban. La decisión común de optar por un tema menos conceptual que la idea del tiempo, y decantarse finalmente por los pisos, no suscitó excesivas dudas.
Para la artista sevillana Estefanía Muñoz el problema es algo menos complejo y optó por plantar en sus 30 metros fotografías de 224 ojos que impactaban y reducían el espacio a una sencilla reflexión de la mirada.
Una vez al mes el Ateneo malagueño renueva su vetusto público y celebra las citas del Neoateneo, un ciclo que pretende mostrar la paulatina renovación de la creación malagueña y que ayer fue plataforma para la denuncia.
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