Las familias del Yak exigen que Trillo responda de su gestión

"El único que ha traicionado a los muertos ha sido [Federico] Trillo", dijo Curra Ripollés, hermana de uno de los 62 militares fallecidos en el accidente del Yak-42, parafraseando las palabras de Mariano Rajoy en el debate del estado de la nación. En el segundo aniversario de la catástrofe, las familias de las víctimas pidieron al Parlamento que repruebe al ex ministro de Defensa, y a éste, que declare voluntariamente ante la juez de la Audiencia Nacional.

Duró menos de cinco minutos, pero pareció una eternidad. Bajo los acordes de una marcha fúnebre, el relator leyó uno por uno los nombres de los 62 fallecidos. Sólo de esa forma fue posible hacerse una idea de la verdadera magnitud de la tragedia. Sobreponiéndose a la emoción, los más de 300 familiares reunidos en el patio del Ministerio de Defensa prorrumpieron en aplausos.

Fue un acto sobrio. Sin discursos. Defensa repartió gorras a los asistentes para paliar los efectos del sol, que caía a plomo. Como aquella tarde de hace dos años en el funeral de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), sólo que ahora cada muerto estaba en su sitio. Al menos, los que no se incineraron y pudieron ser desenterrados para entregarlos a sus verdaderos parientes. Los homenajes y condolencias parecían, por ello, más sinceros que entonces.

El ministro José Bono y el jefe de la cúpula militar, Félix Sanz, acompañados por cuatro parientes de las víctimas -un huérfano, un hermano, una madre y una viuda- colocaron una corona de flores ante un monolito. Siete reactores de la patrulla Águila pintaron el cielo con los colores de la bandera de España y una descarga de fusilería horadó el espeso silencio. Un mujer mayor tuvo que ser atendida de una crisis nerviosa, pero la mayoría parecían reconfortados.

Bono, que hace un año les acompañó a Turquía para visitar el lugar del siniestro, departió unos minutos con las familias. Por la tarde, tras un acto privado y una misa en la sede de una congregación religiosa, muchos tomaron el autobús de regreso a Valencia, Burgos o Zaragoza, donde estaban destinados la mayoría de los militares fallecidos.

Antes hubo tiempo para una conferencia de prensa en la que Alfonso Aguyó, presidente de la asociación que agrupa a la mayoría de las familias, pidió al Congreso que repruebe a Federico Trillo-Figueroa. "Mientras era ministro, se puso en peligro a los militares, no se escucharon sus quejas, se faltó el respeto a los muertos y se engañó a las familias. Con este currículum, el Congreso algo tendrá que decir", afirmó. "Las familias tienen derecho a que este hombre desaparezca del Parlamento", remachó Curra Ripollés. Ésta emplazó a Trillo a explicar "punto por punto" las irregularidades que rodearon el vuelo y a comparecer voluntariamente ante la juez de la Audiencia Nacional que investiga el caso, Teresa Palacios.

Leopoldo Gay, abogado de la asociación, anunció que, cuando se completen las diligencias pendientes, pedirá que el ex ministro sea citado a declarar. "Si es que el fiscal no se nos adelanta", indicó. Esta última apreciación no parece muy realista, pues hasta ahora, como recordó Aguyó, la juez Palacios "ha denegado sistemáticamente las peticiones de las familias", con la pasividad del fiscal.

También en Afganistán y Manás (Kirguizistán), donde había hecho escala el Yak-42, los militares españoles homenajearon a sus 62 compañeros fallecidos.

Los grupos de Izquierda Verde y Esquerra Republicana en el Congreso pidieron a Bono que investigue las sospechas de corrupción que se derivan del pago de comisiones desproporcionadas a seis intermediarios en el flete del Yak-42.