Daniel Sánchez Arévalo rueda 'Azul oscuro casi negro', su 'ópera prima'
"Es una historia sobre el engaño necesario para desafiar al destino", afirma el director
Los cortos del cineasta Daniel Sánchez Arévalo causan tanta expectación que tiene muchos motivos para sentir presión en el rodaje de su ópera prima, Azul oscuro casi negro, que acaba de empezar en Madrid. Con su corto Física II -preseleccionado para los Oscar 2005- ha ganado hasta el momento 46 premios en festivales de medio mundo, muchos profesionales -Julio Medem, Achero Mañas o Fernando León de Aranoa- le auguraron un brillante futuro y son varias las productoras que estuvieron dispuestas a financiar su primer filme. Se decantó por Tesela P. C. "Quería una productora que me pagase sin tener un guión y poder dedicarme a escribirlo. Soy un privilegiado, tengo casi todo lo que quiero", contaba con timidez estos días en Madrid el debutante, que cuenta con un presupuesto de dos millones de euros.
Varias productoras le tentaron y optó por la que le contrató sin haber escrito el guión
Azul oscuro casi negro es "una historia sobre la ilusión, sobre el engaño necesario para poder seguir desafiando al destino que se supone impuesto para nosotros", en palabras del director. Jorge, el protagonista, ha heredado la portería en la que trabajaba su padre hasta sufrir un infarto cerebral. Ejerce de enfermero de éste y saca tiempo para estudiar una carrera. "Jorge aspira a estar al otro lado del cristal que le separa de sus sueños, pero para eso tiene que dejar de sentirse responsable de todo lo que le rodea", prosigue el cineasta, que el pasado año rodó el corto La culpa del alpinista, con guión de Julio Medem.
"Dicen que soy una joven promesa, y promesa todavía, pero joven, no. Tengo ya 34 años", bromea el realizador, que rotó como guionista por distintas series de televisión durante 10 años: Farmacia de guardia, Hospital Central, Querido maestro, Abogados... Se lo ha tomado con calma y ahora, dos años después de su primera conversación con Tesela, se sienta en la silla de director con la confianza que le da el estar "arropado" por todos. "Si no me siento querido, no me va a salir", argumenta nervioso.
Es un rodaje en familia. Está el equipo técnico de sus cortos (Juan Carlos Gómez, en fotografía, y Nacho Ruiz Capillas, en montaje) y parte del artístico (Héctor Colomé, Roberto Enríquez y Eva Pallarés). Además, integran el reparto Quim Gutiérrez, Marta Etura y Raúl Arévalo, entre otros.
El primer guión de Azul oscuro casi negro era en inglés y transcurría en un barrio de Nueva York, porque el autor de Gol estudió un master de cine en la Universidad de Columbia. "Luego trasladé la historia a Moratalaz, pero me pareció tan inmaduro que lo reescribí y del primero sólo queda el espíritu", comenta. "Me he inspirado en Física II, que también habla de conflictos generacionales. Son los mismos personajes pero siete años después. Ya no tienen la vitalidad de los 18 años, sino las ataduras de los 25". "Suena a un dramón, pero tiene momentos de humor. Me sale solo, no lo fuerzo. No sé escribir de otra manera", argumenta el autor de Exprés, el primer corto de Internet nominado a un Goya.
Sánchez Arévalo pertenece a un clan artístico: su padre es pintor; su madre, actriz; su hermana, bailarina, y su hermano, realizador de televisión. Pero su progenitor le animó a dedicarse a una profesión segura y, aplicado, se licenció en Empresariales. "Cuando terminé tuve que decidir si aceptaba un trabajo en una compañía de seguros o me convertía en guionista de Farmacia de guardia. Decidí lo segundo". Han pasado 12 años y el tiempo ha demostrado que no se equivocó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.