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Bush firma una alianza estratégica con Karzai pero se niega a cederle autoridad sobre las tropas de EE UU

En una visita marcada por la necesidad de reparar la imagen de EE UU tras los incidentes ocurridos después de la publicación en la revista Newsweek de la supuesta profanación del Corán, el presidente afgano, Hamid Karzai, firmó ayer una alianza estratégica con George W. Bush. El pacto afianza el papel de EE UU a largo plazo en la seguridad y reconstrucción de Afganistán. A pesar de la petición de Karzai de una mayor autoridad sobre los soldados estadounidenses, Bush dejó claro que no habrá cambios en el mando.

"Naturalmente, nuestras tropas responderán a mandos de Estados Unidos", dijo el presidente, que trató de endulzar la píldora afirmando que la relación militar será "de cooperación y consulta". Hay casi 20.000 soldados de EE UU en Afganistán, además de otros 8.000 de países de la OTAN, entre ellos España. El pacto firmado ayer prevé "contactos permanentes de alto nivel". Bush aseguró que se consultará con Kabul "si la integridad territorial del país, su independencia o su seguridad corren peligro".

Las tropas de EE UU están en la base aérea de Kandahar y en la de Bagram, esta última muy presente en la reunión, tal como confirmaron los dos presidentes, por los testimonios sobre los malos tratos a detenidos hace tres años que desembocaron en la muerte de dos afganos, a las que hay que añadir otras seis en diferentes circunstancias. Hay una investigación sobre la responsabilidad de 27 soldados, y siete de ellos están acusados formalmente de lo ocurrido. Karzai asumió que se trataba de acciones individuales: "Estas cosas pasan en todas partes y sabemos que ni los estadounidenses ni su Gobierno tienen nada que ver con ello".

En cuanto a la reacción a lo publicado por Newsweek y la quincena de muertos que hubo en la agitación posterior en Afganistán, Karzai dijo: "Las manifestaciones no tienen nada que ver con lo publicado, fueron contra las elecciones y el progreso en Afganistán, y sabemos quiénes estaban detrás". Como musulmán, añadió, "estoy disgustado" por lo que la revista recogía como rumor, pero "eso era Newsweek, no EE UU, un país en el que hay más de 1.000 mezquitas en las que rezan miles de personas cada día y en el que se respeta nuestra religión y nuestros símbolos".

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