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Motos y buen cine en la tercera jornada del Festival de Peñíscola

Una concentración de Harley Davidson, organizada por Castellón Chapter, puso ayer la nota pintoresca en la tercera jornada del Festival de Peñíscola. La mezcla entre gente del cine y los peculiares moteros que conducen el famoso cerdo de Milwaukee produjo una curiosa estampa junto al mar, más digna de una película de Berlanga que de un certamen cinematográfico. Pero el rugido de las motos no solapó la avalancha de buen cine que llegó al festival en su sección oficial. La catalana Tempus fugit, de Enric Folch, película para la televisión reciclada en largometraje más por voluntad de su director que por razones empresariales, es un sano y divertido ejercicio de cine de género, que transforma una historia cotidiana en cine fantástico a través de un viaje en el tiempo, tan corto como absurdo, en cuyo transcurso hay hasta una final de la Liga de Campeones entre el Barcelona y el Madrid de connotaciones religiosas.

El filme de Folch se postula así como una de las grandes sorpresas del festival, aunque la argentina No sos vos, soy yo, de Juan Taraturo, puede ser un duro rival en el palmarés final. Y es que la cinta argentina tiene ese sabor del cine independiente del país suramericano, por la escasez de presupuesto y el encomiable esfuerzo imaginativo que deja ver, sobre el amor y el desamor, y viene avalada por un extraordinario éxito de público en su país.

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