El Gobierno facilitará que las parejas homosexuales adopten en el extranjero

El Gobierno firmará convenios con otros países que faciliten la adopción internacional a los matrimonios homosexuales. Con este anuncio, la secretaria de Estado de Familias, Amparo Valcarce, inauguró ayer el congreso de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales. El tema estrella del acto fueron la próxima aprobación del matrimonio homosexual y sus opositores. Ayer, el obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea Escolano, animó a acudir a la manifestación de protesta el 18 de junio. Protestantes, judíos y ortodoxos se desligaron de la convocatoria.

"El Gobierno quiere que el avance no se quede sólo en el matrimonio. Queremos que los matrimonio gays gocen de todos los derechos, lo que incluye la adopción homosexual", dijo Valcarce. La secretaria de Estado admitió que conseguir que los países de donde provienen los niños acepten entregarlos a parejas del mismo sexo puede ser difícil. "Pero, ¿qué son las dificultades para vosotros y vosotras?", dijo.

Valcarce enmarcó esta iniciativa en el "avance histórico, del que el Gobierno está plenamente convencido" que va a suponer la posibilidad de que los gays puedan casarse. "Tenemos que apoyar a todas las familias, también a las vuestras", dijo. La secretaria de Estado también anunció que el Consejo Estatal de Acción Social incorporará un representante de los grupos de gays, lesbianas y transexuales.

La mayoría de los oradores coincidieron en resaltar la importancia de la futura modificación legal, y en el camino que queda por recorrer para la igualdad en una sociedad donde "la homofobia y la transfobia siguen existiendo". Los secretarios de CC OO y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, enmarcaron esta lucha en el ámbito laboral.

Además, asistieron al congreso representantes del Consejo de la Juventud, partidos políticos (la diputada Carmen Montón y el concejal en Madrid Pedro Zerolo del PSOE, Inés Sabanés e Isaura Navarro de IU), Somos Iglesia, USO, Plan Nacional sobre Sida, Consejo de la Juventud, Plataforma contra la Guerra, Movimiento por una Sociedad Laica, Los Verdes, Amnistía Internacional y la Unión Nacional de Asociaciones de Familia, entre otros.

"Vuestro triunfo es nuestro triunfo", dijo el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien felicitó a la Federación. Llamazares, como el Defensor del Pueblo vasco, Iñigo Lamarca, recordaron la historia del movimiento. "La lucha se ganó primero en la memoria, luego en las calles y ahora en las leyes", dijo Llamazares.

Homofobia cultural

La presidenta de la Federación, Beatriz Gimeno, anunció que la "homofobia cultural" y la lucha de los derechos de los y las transexuales eran sus siguientes retos. "En este camino ha habido mucho dolor, mucho sufrimiento evitable, y no lo podemos olvidar", señaló. La ley del matrimonio "es la ley de nuestros hijos, permanentemente negados", afirmó Gimeno. Todos los oradores resaltaron la oposición que las reivindicaciones de gays y lesbianas han encontrado siempre en "el PP, los de siempre".

Fueron frecuentes las menciones a la manifestación que ha convocado el Foro Español de la Familia el próximo 18 de junio. "Nosotros respetamos el derecho de los ciudadanos a manifestarse. Que respeten ellos las reformas del Gobierno, detrás de las que está la mayoría de la sociedad", declaró Valcarce.

Por su parte el obispo de Mondoñedo-Ferrol, José Gea Escolano, hizo un llamamiento a los católicos para que acudan a la manifestación. Gea Escolano insistió en que la equiparación de la unión de homosexuales con el matrimonio "perjudica el bien común de la sociedad", y advirtió a los políticos católicos de cualquier partido que "no deben aprobar dicha ley si quieren ser fieles a la doctrina de la Iglesia".

En cambio, representantes de las iglesias evangélicas, la Federación de Comunidades Judías de España y la Iglesia ortodoxa se desligaron de esa convocatoria. Sus portavoces señalaron que ya habían dejado clara su postura contra la equiparación de uniones gays y matrimonio, pero que ello no quería decir que se sumaran a una convocatoria contra una ley civil.