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China cede a las presiones de EE UU y Europa y aplica nuevos aranceles al textil

Pekín endurece las exportaciones de 74 categorías de productos hasta un 400%

El Gobierno chino compensó ayer su decisión de no limitar las exportaciones textiles con un gesto conciliador destinado a calmar las inquietudes de Estados Unidos y Europa, cuyos mercados se han visto inundados de productos procedentes del gigante asiático desde que desapareció el sistema de cuotas el pasado enero. De este modo, el país asiático cede a las presiones de EE UU y la Unión Europea. Pekín anunció la imposición de nuevos aranceles a 74 categorías de textiles a partir del 1 de junio. La Cámara de Comercio de Estados Unidos en China calificó el paso de "constructivo".

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Los gravámenes a la exportación pasarán de 0,2 yuanes a un yuan (de 2 a 10 céntimos de euro) en la mayoría de los productos, y en algunos casos, como en los abrigos de algodón para mujer, llegarán hasta cuatro yuanes (40 céntimos). Las 74 categorías se encuentran entre las 148 que desde el pasado 1 de enero se ven sometidas a un arancel de 0,2 a 0,3 yuanes, que no parece haber surtido mucho efecto a la hora de contener las exportaciones. Las ventas textiles chinas en el exterior crecieron un 29% en el primer trimestre, aunque las de algunos artículos subieron mucho más.

"China es un país responsable, el Gobierno ha hecho esta concesión con objeto de ayudar a establecer un nuevo orden mundial del comercio textil y a suavizar las fricciones", dijo Sun Huaibin, portavoz de la Asociación de la Industria Textil China. Sun advirtió de que la medida supone un sacrificio para el sector, ya que incrementará los costes y disminuirá los beneficios de las empresas locales, lo que podría desembocar en la pérdida de puestos de trabajo. Las tarifas afectan a productos como las camisetas para hombre y mujer y los pantalones de algodón para niño. También se aplicarán al hilo de lino.

Aunque está por ver si este movimiento servirá para frenar la catarata de textiles que ha llegado a Europa y Estados Unidos desde principios de año, Charles Martin, presidente de la Cámara de Comercio estadounidense en Pekín, lo recibió con satisfacción. "Han hecho lo que parece ser un incremento significativo del impuesto", afirmó. "Este paso voluntario demuestra que China está adoptando un enfoque constructivo y es sensible a las dificultades que la eliminación de las cuotas ha provocado a algunos trabajadores . Creo que esto va a tener un impacto real".

Otros expertos no se muestran tan convencidos, ya que el gravamen es muy pequeño cuando se compara con los precios finales. Según Shanghai Hejing Textile, una sudadera fabricada en China le cuesta al cliente final más de 20 dólares. El arancel de un yuan representa el 0,6% de esta cantidad, cuando los minoristas cargan hasta el 50%, según esta compañía que exporta a Estados Unidos.

Cautela

La Unión Europea (UE) se mostró cauta y dijo que espera conocer más detalles durante la visita que el representante chino en las negociaciones, Gao Hucheng, realizará la semana que viene a Bruselas, donde tiene previsto reunirse con el comisario de Comercio, Peter Mandelson. Pascal Lamy, candidato nominado para presidir la Organización Mundial de Comercio (OMC) y ex comisario europeo, defendió el respeto de las reglas de juego y advirtió a las empresas europeas que deben optar por la fabricación de productos con más valor añadido.

El aumento de gravámenes se produce apenas un día después de que el ministro de Comercio chino, Bo Xilai, descartara imponer limitaciones al volumen de exportaciones, una medida que, según la industria, sería más efectiva. Bo dejó la puerta abierta a otros gestos. Y ayer llegaron en la forma de restricciones a la exportación.

China se ha visto sometida en las últimas semanas a una gran presión para que ponga coto a la vorágine de ventas en el exterior. Washington aplicó de forma unilateral cuotas a las importaciones de tres productos textiles la semana pasada, y el miércoles de ésta añadió otros cuatro. El martes, la UE exigió formalmente a Pekín que limite los envíos de camisetas y de hilo de lino, o de lo contrario también actuará. El Gobierno chino ha criticado estas restricciones y ha asegurado que van en contra de las reglas del libre comercio. El acuerdo de anexión de China a la OMC permite a sus socios establecer salvaguardas temporales bajo determinadas circunstancias.

Pekín argumenta que sus competidores han tenido 10 años para prepararse a la finalización del sistema de cuotas, y que si no lo han hecho no hay más culpables que ellos mismos.

Mujeres en una fábrica textil en la ciudad de Huaibei, al este de China.
Mujeres en una fábrica textil en la ciudad de Huaibei, al este de China.EFE

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