Pizarro califica de "motín" el desacato del grupo popular

El PSOE considera un hecho "muy grave" el ocurrido el pasado jueves en el Parlamento, en el que todo el grupo popular desobedeció las reiteradas llamadas al orden de la presidenta del Parlamento, Mar Moreno, para que retirasen unos carteles insultantes contra el jefe del Gobierno andaluz, Manuel Chaves, durante la sesión de control, un desacato que obligó a suspender el pleno. El secretario de Organización socialista, Luis Pizarro, calificó ayer de "asonada" y "amotinamiento" el comportamiento "antidemocrático" y "ultra" de los populares andaluces, a los que animó a "frenar" a su presidente, Javier Arenas, porque los abocará "al suicidio" político.

Los socialistas andaluces no daban crédito el pasado jueves a lo que estaba ocurriendo ni el momento político elegido por el PP para llevar a cabo el mayor escándalo protagonizado por un grupo de la Cámara. Algunos diputados del PSOE quisieron entrar a la bronca del PP, pero las palabras de Moreno y las de Chaves, al que se oyó una seca instrucción -"¡quietos!"- abortó cualquier intento.

Los socialistas han dado la orden a sus organizaciones provinciales y locales para que "no entren en la provocación" que, según afirman, persigue el PP y recuerdan dos palabras, imitando de manera exagerada al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapetero: "Serenidazzzz y tranquilidazzzz. Contaremos hasta 100 antes de contestar".Dirigentes de este partido recomendaron "máxima elegancia" y no entrar al trapo del PP, lo que no impidió el que los socialistas aprovecharan la jornada de ayer, con demoledores editoriales de los periódicos criticando al partido de Arenas, para intentar avergonzar a los populares por su actitud. "Arenas está cogiendo atajos democráticos para conseguir el poder en Andalucía y lo ocurrido el jueves responde al diseño de esa estrategia, es un elemento más", afirmó Luis Pizarro, quien pronosticó que esta situación no se cortará, tras celebrar una reunión con los responsables provinciales de su área.

Esta opinión no la comparten todos en este partido. "El grupo popular no midió y se les fue de las manos", afirmó un dirigente; "cuando te montas en un caballo desbocado no sabes hacia dónde te lleva", afirmó otra fuente.

El mismo jueves, en el pleno celebrado horas después de la bronca, se vio que los socialistas no iban a tensar más la cuerda. La intervención del consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, en un debate de una proposición no de ley en la que el PP pedía su reprobación, fue todo un ejemplo, hasta el punto de que el portavoz popular, Antonio Sanz, le reprochó que aparentara a estas alturas "ser un angelito" y que se presentara "con una vocecita muy suave".

El asombro del PSOE además no fue sólo por la actitud desobediente del PP ante la presidenta y las normas del Parlamento, sino también porque los conservadores no supieron aprovechar la coyuntura política.

En el pleno del jueves, el PSOE no se encontraba nada cómodo: por primera vez en lo que va en la legislatura, los socialistas se iban a quedar completamente solos con su mayoría absoluta en la defensa de una iniciativa sobre el sistema de financiación, en la que no iba a participar ninguno de los tres grupos de la oposición porque reclamaban un debate general con propuestas de resolución. "Nosotros no hemos sabido buscar una salida en este asunto y la unidad de la oposición nos hacía daño, no nos gustaba. Si en el grupo popular hubiera habido un jefe de verdad, el pleno hubiera salido de otra manera, pero su estrategia es hacer daño por hacer daño y no dominan la situación", reconoció una persona del entorno del presidente Manuel Chaves, quien por ahora no tiene previsto hacer declaraciones sobre el episodio parlamentario.

Esta persona mostró cierta preocupación por ver si esta situación va a ir a más y afectará a la negociación de la reforma del Estatuto de Autonomía.

En este sentido, Pizarro dudó de la voluntad de acuerdo del PP en las negociaciones estatutarias: "Se están creando las condiciones para que, cuando ellos consideren oportuno, comunicar que tienen decidido no sacar la reforma del Estatuto". Y dicho esto se aplicó la receta de "serenidad y tranquilidad" que atribuyen a Zapatero: "Hemos firmado todos un documento en el que defendemos el consenso, pero no tenemos ningún inconveniente en reiterar la necesidad de llegar a un acuerdo con el Partido Popular en la reforma del Estatuto de Autonomía".

[De otro lado, el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, no dudó ayer en responsabilizar a Javier Arenas de la algarada y lo acusó de pretender "deslegitimar" a la Cámara y a las instituciones y de convertir al grupo parlamentario popular en el "hazmerreír de España", informa Ginés Donaire. Zarrías enmarcó la bronca del jueves dentro de las declaraciones realizadas por Javier Arenas el pasado 12 de marzo y el martes pasado en las que el popular vaticinaba que el PP sería expulsado del Parlamento. "Ayer se produjo la escenificación de ese vaticinio". Zarrías, que volvió a comparar la actitud del PP con la de Batasuna, se preguntó qué dirán los alcaldes del PP si les ocurre algo parecido en sus ayuntamientos].