'Bagdad rap' denuncia la guerra de Irak con la música más actual
El documental ha sido realizado por el cineasta español Arturo Cisneros
El rock fue la música de la guerra del Vietnam y el rap y el hip-hop las de Irak. A los presos se les atormenta con estos sonidos a todo volumen, los soldados estadounidenses las escuchan e incluso comienzan a escribir letras en las que denuncian su situación allí. El cineasta Arturo Cisneros (Pamplona, 1969) se adelantó a ellos y se sirvió de este lenguaje musical para mostrar en la película Bagdad rap, que se estrena hoy, el clima en el que se vivía en la capital iraquí una semana antes del comienzo de los bombardeos.
"Yo produje El olvido de la memoria, un documental de denuncia sobre los niños refugiados kosovares que nadie vio. Porque los jóvenes, que son quienes pueden cambiar el mundo, no van a ver un montaje lento y con bustos parlantes", argumenta Cisneros. "Por eso me planteé buscar un lenguaje nuevo y, por mi experiencia de 10 años como productor musical, me di cuenta de que podía seducirles con el rap. La estética y la música es de rap y también el ritmo".
La cinta llega a las carteleras con muchos meses de retraso, pese a haber recibido los galardones al mejor documental internacional en el Festival de Cine Independiente de Nueva York y al mejor documental en el Festival Internacional de Cine para la Juventud de Argentina. "Que la crítica dijese que era 'el documental más anti-Bush que se ha hecho' creo que nos benefició", prosigue Cisneros. De él un periodista de la prestigiosa revista Variety dijo: "Michael Moore a su lado parece republicano".
"Bagdad rap se rodó hace tiempo -Cisneros y su equipo acompañaron a unos brigadistas vascos-, pero el mensaje sigue vigente. Han muerto más militares después que durante la guerra", alega sobre la cinta en la que participó Santiago Alba Rico, guionista de La bola de cristal.
"Los raperos -Kase-O, Ari, Frank-T, Zenit, Selektah Kolektiboa y Sr. Rojo- son como los cantautores de los sesenta y setenta. Sus letras denuncian situaciones con un lenguaje para la gente joven. La música de rap podía parecer frívola para contar algo social porque se la vincula con las drogas y la violencia en Estados Unidos, pero aquí el rap serio tiene conciencia social habla del paro o de los maltratos". Pese a la dureza de muchas imágenes -un niño con los brazos carbonizados o bebés con malformaciones por el uranio empobrecido- confiesa que han censurado, tras largos debates, otras, conscientes de que "mucha gente se saldría de la sala al verlas".
Babelia
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