Socialistas y BNG apoyan un plan de revitalización de Galicia

La reforma del modelo de financiación, especialmente para Cataluña, que centró una parte del debate sobre el estado de la nación, ha quedado fuera de las resoluciones aprobadas. La única que proponía que el Congreso se pronunciara sobre esta cuestión, una iniciativa de CiU, fue rechazada por el acuerdo de PSOE, ERC e Izquierda Verde (IV) para dejar que ese asunto se resuelva en el Parlamento catalán antes de que se pronuncien las Cortes.

La votación de las 107 propuestas de resolución de todos los grupos, colofón del debate sobre el estado de la nación, deparó pocas sorpresas. El PSOE había ido pactando en los últimos días con sus socios algunas concesiones para lograr su principal objetivo: sus 15 propuestas propias salieron adelante. También lo hicieron las ocho conjuntas que presentó el PSOE con ERC e Izquierda Verde, y otra, clave por el periodo preelectoral que se vive en Galicia, en la que se insta al Gobierno a impulsar un plan de recuperación de esta comunidad. Además, el PSOE cambió la posición que había tenido hasta ahora sobre el fin de la energía nuclear que pide Izquierda Verde, y aceptó la exigencia de abrir una mesa de negociación para tratar un posible calendario de cierre de todas las centrales nucleares, tal y como se había comprometido el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Mientras el PP veía cómo caían derrotadas sus propuestas, prácticamente todos los grupos que apoyaron la iniciativa principal, la que autoriza al Gobierno a negociar con ETA si renuncia a la violencia, obtuvieron algún respaldo socialista a sus ideas que permitió sacarlas adelante.

La gran excepción fue CiU, que no obtuvo ninguna de sus dos principales reclamaciones: primero, que el Congreso se comprometiera ayer mismo a "asumir el proyecto de Estatuto que sea objeto de consenso en el Parlamento catalán, en el marco de la Constitución". Y segundo, que la Cámara se comprometiera a "garantizar para Cataluña un nuevo sistema de financiación, basado en un pacto bilateral entre Cataluña y el Estado".

El enfado de CiU

El portavoz del PSOE, Diego López Garrido, acusó a CiU de pedir ahora con vehemencia algo que nunca había planteado, como esa reforma de la financiación catalana. El representante de los nacionalistas, Jordi Jané, muy enfadado por esta acusación, obligó al presidente del Congreso, Manuel Marín, a leer una resolución de CiU de 2003 en la que ya se hablaba de esta reforma. El líder de este grupo, Josep Antoni Duran Lleida, muy enfadado con ERC y con el PSOE, señaló después que este debate "marca un antes y un después en la relación con los socialistas", ya que no habían aceptado ninguna de sus iniciativas y ni siquiera sus enmiendas. Los nacionalistas sólo obtuvieron el tradicional apoyo del PNV y, en varias ocasiones, del PP, por lo que algunas votaciones las perdió por el margen de una decena de diputados.

Mientras, el PSOE aprobó todas sus iniciativas. La de mayor contenido político es la que pactó con el BNG, su hipotético socio en un Gobierno gallego, para impulsar un conjunto de infraestructuras y de programas de desarrollo para recuperar con urgencia la economía de esta comunidad.

En la iniciativa más detallada de todas las que se aprobaron, el PSOE y el BNG, con el apoyo de otros socios del Gobierno, apoyaron la ejecución en el calendario previsto (algunas en 2014) de hasta 10 diferentes líneas de alta velocidad en Galicia. En autovías, el compromiso se sitúa en cinco fundamentales, además de la conexión con el aeropuerto de Santiago y con el puerto exterior de A Coruña, cuya construcción en plazo también se compromete. Todas estas infraestructuras, como queda claro en la iniciativa, están incluidas en el llamado Plan Galicia, que impulsó el PP después de la catástrofe del Prestige y del que se hace cargo el nuevo Gobierno, según queda reflejado en la resolución pactada con el BNG.

Esta iniciativa también contempla la "reparación íntegra de las consecuencias económicas de la catástrofe del Prestige" y ayudas específicas para la zona de Ferrol.