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Reportaje:URBANISMO AL ROJO VIVO

Una decena de promotoras controlan la mayor parte del suelo urbanizable

Actura, sociedad de Bancaixa, es la mayor gestora, con 56 millones de metros cuadrados

Mucho suelo en pocas manos. Los grandes gestores de suelo se pueden contar con los dedos de una mano o como mucho de dos. Los Soler, Ortiz, Ballester, Batalla, Ferrando, Lladró, Puchades, Actura o Urbem están detrás de los desarrollos urbanísticos más atractivos de la Comunidad Valenciana. Actura, sociedad del Grup Bancaixa, se ha convertido en un gigante inmobiliario, con 56 millones de metros cuadrados gestionados y 1,3 millones de metros de techo en propiedad. El grupo Soler se ha afianzado en la ciudad de Valencia y el promotor Enrique Ortiz aparece en los desarrollos urbanísticos de Rabassa, en Alicante, Mundo Ilusión en Castellón, o en la promoción de viviendas en Valencia.

Ballester cuenta entre sus socios con el internacional cantante Julio Iglesias
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Hay negocio para largo. Y los promotores locales llevan la delantera. El mayor en estos momentos es Actura, la división inmobiliaria de Bancaixa. La compañía gestiona 56 millones de metros cuadrados y tiene en propiedad 1,3 millones de techo, con capacidad para edificar 12.000 viviendas. En Valencia participa en los PAI de Carcaixent, Bétera o la Pobla de Farnals y también en el PAI de El Puig, donde la acompañan otros conocidos promotores como Lladró, Ballester o Gesfesa, o en Nàquera. Otro de los grandes actores del negocio es Edival, que a finales de 2002 disponía de una bolsa de suelo de 10 millones de metros, y que ahora aparece ligada a desarrollos en la Pobla de Vallbona o Bétera.

En la ciudad de Valencia y al calor de la revisión del PGOU anunciado por la alcaldesa Rita Barberá, los movimientos de suelo no han cesado en estos años. Detrás de los PAI adjudicados (Benimaclet Sur, Quatre Carreres, Camino Moreras II, Patraix Sur, Malilla o el área industrial de Vara de Quart), están el grupo de los Soler, el promotor Miguel Montoro, Ferrovial o Urbem.

Igualmente de expuestos a la especulación están los terrenos del Grau, el Parque Central, o los desarrollos de Camí Reial o Sant Marcel.lí este, donde Actura, Urbem, la catalana Laietana, Proara, Juan B. Soler o Edival se han posicionado. De todos, Juan B. Soler es otro de los promotores con más peso. Se adjudicó en su día los PAI de Patraix (400.000 metros cuadrados y 3.286 viviendas proyectadas) y Moreras (259.000 metros y 1.857 viviendas). De sus últimas operaciones, la más conocida es Porxinos.

En Alicante, los constructores Andrés Ballester, Enrique Ortiz, la familia Puchades, Joaquín Antonio Grau y José Rodríguez Murcia, copan la mayoría de los PAI en fase de ejecuciñon o tramitación. En menor medida se suman los también constructores Antonio Pedrera, Agustín Pérez, José Luis Serna Almodóvar, Domingo Alcócer y la promotora Hansa Urbana. Esta última firma, participada en un 24% por la CAM, acaparó junto a Enrique Ortiz la mayoría de las promociones urbanísticas en L'Alacantí en la década de los 90.

En la ciudad y su área de influencia, Ortiz es el empresario hegemónico. Éste ha sido el adjudicatario del último y mayor proyecto urbanístico de la reciente historia de Alicante. El Ayuntamiento ha dejado en su manos la urbanización de 4,5 millones de metros cuadrados en el entorno de las Lagunas de Rabassa. Junto a este proyecto, Ortiz desarrolla en la actualidad otros seis proyectos, el más ambicioso el del PAU 1, en la playa de San Juan, con 700.000 metros cuadrados y 1.500 viviendas. Pero su participación se extiende más allá de Alicante y en estos momentos se ha vinculado al desarrollo del parque temático Mundo Ilusión,

En la Vega Baja, junto a los veteranos promotores Antonio Pedrera, Agustín Pérez, Domingo Alcocer y Antonio Quesada (propietario del grupo Massa), que capitalizaron el desarrollo urbanístico de la costa de Orihuela y Torrevieja, Joaquín Antonio Grau promueve el proyecto urbanístico de las Asomadas, con seis millones de metros y 10.000 viviendas.

En las cercanías del parque temático Terra Mítica, los dos grandes a la hora de gestionar el suelo, son la familia Puchades, reconocida hacendada de Benidorm, y el promotor Andrés Ballester, actual presidente del parque temático. Ballester, además del suelo que gestiona dentro del parque, impulsa otros dos grandes PAI, uno en La Nucia y otro en Altea, en la ribera del río Algar. El constructor cuenta entre sus socios con el internacional cantante Julio Iglesias. Con la mercantil Coll de Rates, participada por ambos, han impulsado, hasta ahora sin éxito, una macrourbanización en Benigembla, en el interior. La promotora ofrecía al Ayuntamiento una montaña de seis millones de metros cuadrados y 900.000 euros a cambio de la reclasificación de otro millón de metros cuadrados de suelo rústico. El Ayuntamiento, ante la presión de los vecinos, desestimó la oferta.

En cuanto a la familia Puchades, ésta desarrolla su actividad en el radio más próximo al complejo Terra Mítica. En el término de Finestrat, el constructor desarrolla centenares de miles de metros cuadrados. En el área de influencia del complejo lúdico, hay otro colectivo importante de propietarios de terreno. El más destacado es el grupo Explotaciones Turísticas de Finestrat, firma participada por uno de los más destacados terratenientes de la provincia, el empresario Eliseo Quintanilla, propietario de 432.000 metros.

Y un poco más alejado del epicentro de Terra Mítica, en la partida L'Almisserà, entre La Vila Joiosa y Finestrat, la mercantil los Almendros de Alicante, hasta 2002 participada por la esposa del ex presidente del Consell, Eduardo Zaplana, posee más de un millón de metros cuadrados de suelo rústico, también en fase de recalificación.

La promotora Hansa Urbana, según datos facilitados por la mercantil, cuenta con una reserva de suelo en la Comunidad Valenciana de 293.805 metros cuadrados brutos, de los cuales 114.209 son edificables. El grupo desarrolla en la actualidad cinco proyectos en Alicante y Valencia.

En la mayoría de los casos, los promotores no son los primitivos dueños del suelo, pero sí los principales receptores de las plusvalías al desarrollar los planes al amparo de la LRAU. "Nos quieren dejar pelados. Nosotros somos los dueños del suelo, pagamos los urbanización, y el promotor se lleva las plusvalías", afirma Miguel Barceló, portavoz del colectivo de pequeños propietarios afectados por Rabassa.

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