Urbanismo al rojo vivo

Excelente y enormemente ilustrativo el reportaje titulado genéricamente "urbanismo al rojo vivo", gracias al cual hemos podido conocer cuál es el proceso que conduce a la multiplicación del valor del suelo, que ha llevado a la fiebre urbanizadora que nos invade, al vertiginoso aumento del precio de la vivienda y a la enorme cuantía de los beneficios de las grandes empresas inmobiliarias. Quizá venga a cuento aclarar que según el diccionario, una de las acepciones de la palabra mafia es: "organización o grupo de personas que acapara algún ámbito o actividad". Es evidente que la información privilegiada muchas veces es esencial en el negocio, y son algunos políticos locales, quienes, obligatoriamente filtran o trafican con esta información. Tal vez la palabra corrupción se ajuste a este contexto. Así pues, podríamos titular, aún a riesgo de ser políticamente incorrectos: "Aprovechando un resquicio de la ley, las mafias de la construcción, con la inestimable colaboración de la corrupción política local, multiplican sus beneficios".

El caso es que una vez materializado el negocio hay que reinvertir los beneficios, buscando nuevo suelo que urbanizar. Ya vendrá después papá Estado y el erario público para costear infraestructuras, autovías, tratamiento de residuos, y para traer agua, como sea y de donde sea. Los costes públicos, al igual que la destrucción del patrimonio natural o el impacto ambiental irreversible no cuentan. Tal vez llegue un día en que los dirigentes políticos sean capaces de comprender que hay cosas que no pueden ni deben regirse exclusivamente por las leyes del mercado; que no todo tiene un precio; que el pan para hoy, por abundante que sea, no merece la pena si es a costa del hambre para mañana; que el futuro va mas allá de las próximas elecciones. Pero entonces, ya será demasiado tarde.