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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Paraíso cancelado

Hay continuidad y coherencia en la obra de Antolín Rato desde que en los años setenta escribió aquellos prototipos impecables de narrativa experimental de título casi impronunciable, Cuando 900 mil Mach aprox y De vulgari Zyklon B manifestante por ejemplo, hasta las obras del momento presente en las que se percibe que los protagonistas, ahora ya maduros o viejos y más bien decepcionados de la vida, tuvieron que ser en su juventud pasmados lectores de aquellas primeras novelas. La evolución literaria del autor le condujo ya en las décadas de los años ochenta y noventa a escribir obras como Mar desterrado o Abril blues, donde se recupera cierto grado de fluidez narrativa, caracterizadas por la presencia de personajes que pertenecen al mundo intelectual y artístico y por los datos de carácter autobiográfico. Ahora, un personaje que ha protagonizado Botas de cuero español y Fuga en espejo, el apasionado novelista trasunto del propio autor llamado Rafael Lobo, es citado como el autor de Mar desterrado en esta última novela de Antolín Rato, No se hable más, cuyos personajes son, con más años encima, casi los mismos que en aquella novela anterior. Las continuidades argumentales e ideológicas y las referencias cruzadas son sólidas y otorgan unidad firme al conjunto de la obra de Antolín Rato, una obra trabada con la vida propia pues sus héroes tienen la edad y el ánimo del mismo autor. Es su opción narrativa.

NO SE HABLE MÁS

Mariano Antolín Rato

Alianza. Madrid, 2005

316 páginas. 17 euros

El título es bien explícito. Se refiere a un final sin posible redención. "No se hable más" quiere decir "todo está decidido". Vean la conclusión de la historia de la pareja protagonista y comprenderán las paradojas de la existencia y las ironías del destino. Aquellos personajes que entusiasmaron al autor cabalgando motos por las carreteras americanas y se los apropió para su propia obra han visto reducido su mundo a una espera inútil.

El primer bloque narrativo ocupa más de la mitad de la novela y es el más interesante: un hombre maduro, muy baqueteado por la vida, traductor de oficio, vive durante unos meses en un carmen granadino en compañía de su propietaria, una mujer madura aficionada a la jardinería a la que él ha admirado toda su vida. Lo que entonces se nos describe es un locus amoenus bucólico y sensual donde tienen lugar encuentros sexuales, conversaciones sentimentales, acuerdos y peleas, en medio de las habituales exhortaciones a los sentidos de la vista, el oído y el olfato. La combinación de modernidad y clasicismo da buen resultado. Junto a la inestabilidad de la relación entre la pareja, las amenazas de una inmobiliaria y los problemas con la administración dan a la situación una fragilidad y provisionalidad característica.

Cuando un hecho trágico traslada la acción a las carreteras y a la ciudad, se crea un contraste demasiado obvio y trivial y la acción se alarga con monotonía para dar paso a un bloque narrativo final definido por los intentos de él por restablecer la situación primera. Ahí está claramente expresado el significado último de la historia: la conciencia abrumadora de decadencia y pérdida.

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