Un consejero catalán paseó con su familia en un helicóptero oficial

El consejero de Medio Ambiente catalán, Salvador Milà, de Iniciativa (ICV), apeló ayer en el Parlamento autónomo a su derecho a conciliar la vida laboral y familiar para justificar que, en un viaje en helicóptero en agosto de 2004, le acompañaran su esposa y sus dos hijos. Milà tuvo que contestar a una interpelación oral de Convergència i Unió, después de que ocultara los pormenores del viaje en respuesta a una pregunta escrita.

Durante los meses de verano en la campaña de control de incendios, Medio Ambiente alquila un helicóptero -a 1.100 euros la hora- para realizar inspecciones aéreas. En agosto de 2004, esta aeronave realizó un total de ocho recorridos, pero en uno, el día 19, sólo lo utilizó el consejero. Fue precisamente ese día cuando Milà se llevó a su esposa y a sus dos hijos, de cinco y dos años, a realizar un viaje por cinco comarcas del noroeste de Cataluña. El helicóptero les recogió por la mañana en un campo de fútbol frente a un restaurante, en el cual se quedaron a almorzar al regreso.

En el Parlamento catalán, en un bronco pleno, Milà apeló a su legítimo derecho a conciliar la vida laboral y familiar. "No es sólo un derecho sino un deber", argumentó, en medio de silbidos por parte de la oposición de CiU, que lo consideró un escándalo. Además, el consejero ecosocialista aseguró que este hecho es habitual en otros miembros del Gobierno. El primer consejero, Josep Bargalló, y el de Relaciones Institucionales, Joan Saura, le desmintieron de inmediato.

En agosto de 1998, la entonces oposición de izquierdas arremetió contra el consejero Artur Mas, después de que éste fuera trasladado en helicóptero desde el Pirineo hasta Barcelona para ser atendido de una fisura en el codo, cuando a menos de 30 kilómetros del lugar disponía de tres hospitales.