El 99,7% de los alumnos de primaria realizó la prueba de conocimientos

Prácticamente todos los niños de sexto de primaria (11-12 años) de la región hicieron ayer el examen de conocimientos al que habían sido convocados por el Gobierno regional. La participación llegó casi al 100%, según la Consejería de Educación. Su titular, Luis Peral (PP), utilizó la mayoritaria participación para deslegitimar a las entidades que se han mostrado contrarias a la prueba. No obstante, el examen recibió las críticas de la ministra de Educación, María Jesús Sansegundo, que calificó la prueba de "poco útil" al realizarse justo antes del paso a la educación secundaria.

El examen "no resulta útil para identificar las carencias formativas y los déficit de aprendizaje", a juicio de la ministra. "Estas evaluaciones sirven en mitad de la [etapa de] primaria, cuando todavía se está a tiempo para mejorar el sistema educativo", señaló Sansegundo.

En muchos de los colegios de Madrid cuyos alumnos se sometieron ayer a la prueba de sexto se repetía lo mismo: "Ha transcurrido con total normalidad". Por su parte, entre los alumnos se vivió como una novedad. "Se han mostrado curiosos, intrigados y muy dispuestos a participar", aseguró una orientadora.

A la prueba estaban convocados 56.612 alumnos de más de 1.100 colegios. El consejero Luis Peral explicó que el 99,87% de los alumnos y el 99,74% de centros realizó el examen. Sin embargo, en el colegio público de Palomeras Bajas (Vallecas) y en el colegio público Trabenco (Leganés) ningún niño hizo la prueba por decisión de sus padres. El concejal de Educación de Leganés, Alarico Rubio (IU), aseguró que en su municipio "un 10% de los alumnos de sexto de primaria no han hecho el examen".

Carta de los padres

Ana es una de las niñas que ayer no hizo la prueba. Mientras el resto de compañeros completaba el examen, ella y otros ocho muchachos acudieron a clase en un curso inferior. Cuando estos nueve alumnos -de un centro concertado de la capital- llegaron al colegio, le entregaron a la directora una carta de sus padres en la que éstos se negaban a que sus hijos hicieran la prueba. "No quería que [mi hijo] hiciera el examen porque no estaba previsto desde principio de curso y no responde a una evaluación del sistema educativo, sino que sólo se evalúa a los alumnos", explica Javier Ramírez, uno de los padres. "No estoy en contra de que se hagan pruebas, pero deben estar consensuadas con la comunidad educativa, y deberían hacerse en cuarto y no en sexto", agregó.

El consejero de Educación había anunciado que todos los niños tenían la obligación de ir al examen. Pero fuentes de la consejería señalaron ayer que los críos que no han hecho la prueba no van a recibir ninguna amonestación. Peral utilizó los datos (99,8% de alumnos hicieron la prueba) para deslegitimar a los sindicatos y las asociaciones de padres que se han mostrado en contra. "Si uno plantea una oposición radical a la prueba y sólo le sigue el 0,13% de los niños y el 0,26% de los centros, hay que reflexionar sobre su representatividad con vistas al futuro", dijo el consejero. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, fue más allá: vinculó a la Federación de Padres Giner de los Ríos, de corte progresista y contraria a la prueba, con "los socialistas".

CC OO y UGT y la Federación de Padres Giner de los Ríos tacharon de "muy desafortunadas" las declaraciones de Peral en un comunicado. "El consejero hace mal en querer instrumentalizar en beneficio propio al alumnado que ha realizado la prueba. Ha convertido el examen en una especie de plebiscito en favor de las posiciones del Gobierno regional", reza la nota. Los sindicatos y la Giner de los Ríos afirman que ellos no habían convocado "ninguna medida en contra de la realización de la prueba, como convocatorias de huelga o llamamientos al boicot". "Por tanto, no entraremos en ninguna guerra de cifras. El consejero pelea contra molinos de viento", dicen.

El diputado socialista Adolfo Navarro exigió, por su parte, que los resultados del examen "sean analizados por una comisión de expertos con el fin de evitar la manipulación de los datos o filtraciones interesadas". "Los resultados no pueden utilizarse ni para comparar unos centros con otros ni para sacar conclusiones que luego sean usadas como un fin político", según Navarro, sino que tienen que ser contextualizados: "Tiene más mérito sacar un 7 en Villaverde que un 10 en La Moraleja", subrayó.