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Barceló muestra sus grabados de la serie 'Lanzarote' en San Sebastián

Arteko exhibe bodegones, marinas y piezas eróticas del artista

Miquel Barceló (Felanitx, Mallorca, 1957), uno de los artistas más cotizados del momento, muestra durante estos días en San Sebastián distintos rostros de su genialidad creativa. En la Sala Kubo del Kursaal, exhibe sobrias pinturas y las acuarelas coloristas que pintó en Mali. Y en la Galería Arteko (Secundino Esnaola, 3), su serie Lanzarote de obra gráfica. La muestra permanecerá abierta al público hasta el próximo 25 de junio.

El artista participó el pasado jueves en la inauguración de esta exposición que permite conocer el trabajo que ha desarrollado el artista mallorquín en aguafuerte y aguatinta en los últimos años. "Los mismos motivos que inspiran su obra original se reflejan en su obra gráfica", explica la galerista, Cristina de la Fuente.

En efecto, en Arteko, igual que en la Sala Kubo, se aprecia el notable interés de Barceló por la naturaleza, lo mismo por la fauna animal que por los frutos de la tierra. El visitante puede contemplar bodegones, marinas, piezas eróticas, e incluso algún autorretrato. En total 13 obras, pertenecientes todas ellas a la serie Lanzarote que el artista realizó entre 1999 y 2002. "Es una versión reducida de esa serie", apunta De la Fuente, "porque Barceló pintó 62. En todo caso, está inacabada. Tiene intención de continuarla cuando tenga tiempo".

Cuando comenzó con Lanzarote, el artista llevaba nueve años dando la espalda a la obra gráfica. "De la serie anterior estaba prácticamente todo agotado", continúa la galerista. "Así que era muy difícil conseguir esta exposición". Arteko apostó por intentarlo cuando supo que la Sala Kubo donostiarra iba a celebrar sus cinco años de andadura con una muestra individual del artista. En esta sala se iban a exponer, y de hecho se exponen en estos momentos, grandes obras en blanco y negro con la iconografía clásica de Barceló y las acuarelas que pintó sobre la vida cotidiana en Mali. Así que De la Fuente le planteó al artista que era un buen momento para exhibir en San Sebastián su obra gráfica y ofrecer así una visión más amplia de su actividad creadora.

Los grabados, de 55x65 cm y 60x75 cuestan 4.600 y 5.200 euros, respectivamente, pertenecen a ediciones limitadas de 35 ejemplares y convierten en accesible al gran público a uno de los artistas españoles más cotizados. Nadie se ha atrevido a estimar el precio de los grandes cuadros que pueden verse en la Sala Kubo. Pero sí de sus acuarelas, que rondan los 48.000 euros.

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