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Cargas policiales e incidentes menores en horas de tensión

Los presidentes de los dos clubes sevillanos se empecinaron en convertir el clásico entre Betis y Sevilla en una disputa. Y ésta acabó impregnando todo lo que rodeó al encuentro celebrado en el Manuel Ruiz de Lopera. Así, un grupo de agentes antidisturbios de la policía realizó una carga en la zona en la que se ubican los aficionados más radicales del Betis tras finalizar el encuentro. Antes, también lo habían hecho fuera del campo.

Y también hubo incidentes de todo tipo a lo largo del encuentro, aunque menores. Tras el gol de Oliveira, se desplomó una red de protección de la zona sur. También tras el tanto, algunos aficionados béticos lanzaron bengalas. Algo que ya habían hecho cuando los hinchas sevillistas ocuparon sus localidades en el Ruiz de Lopera escoltados por la policía.

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En lo que respecta al fútbol, diez años sin ganar un derby pesan mucho, y para romper la mala racha los jugadores béticos se apuntaron a la moda de la pulsera. Esta vez no lucieron en sus muñecas el color amarillo del campeón ciclista Lance Armstrong, ni tampoco las blanquinegras que simbolizan la lucha contra el racismo. Los béticos lucieron pulseras de verde chillón con el lema; Sentir, luchar, ganar... PODEMOS!!!.

Aunque los jugadores locales no sólo confiaron en los amuletos, sino que también miraron a otras estadísticas poco futbolísticas: la televisión autonómica andaluza, que ayer retransmitió el partido, no ha emitido ningún triunfo del Sevilla esta temporada y las apuestas en Internet también favorecían al club bético.

El Sevilla, por su parte, salió al campo con las estadísticas reales a su favor, con la ventaja en la clasificación y con un equipo al que no le pesan las piernas en el tramo final de la temporada, y para evitar algún problema con las camisetas se llevaron al campo tres juegos diferentes.

En las inmediaciones del Manuel Ruiz de Lopera, medio millar de policías, la Unidad de Caballería, la Unidad de Motos del Cuerpo Nacional de Policía, bomberos, personal sanitario, seguridad privada y alrededor de tres centenares de policias locales vigilaron desde las diez de la mañana las calles de la capital andaluza y especialmente los aledaños al estadio. Y tuvieron que intervenir en la calle Tajo.

El despliegue policial y la llamada desde la Delegación del Gobierno que pidió a los presidentes cordialidad y a los aficionados "una sana rivalidad" el día antes dejaron, al menos, los incidentes en poca cosa.

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