Se estrena en Nueva York una versión jazzística del 'Quijote'

Rocinante, Sancho Panza, el Caballero de la Blanca Luna y, por supuesto, Don Quijote, cabalgaron el jueves entre trompetas y saxofones a ritmo de jazz clásico, be-bop y experimental en Nueva York durante el estreno de la obra Chivalrous misdemeanors, select tales from Don Quixote (Pequeños delitos caballerescos: historias escogidas de Don Quijote). Esta composición, creada expresamente para una orquesta de jazz, fue interpretada por la Lincoln Center Jazz Orchestra de Wynton Marsalis en su recién estrenado auditorio de Columbus Circle, donde actuará hasta esta noche. Compuesta por uno de sus músicos, el trombón Ron Westray, la obra viaja a través de algunos de los capítulos más significativos de la vida del Quijote.

La puesta en escena de esta peculiar creación -nacida para conmemorar el IV centenario de la publicación de la novela- es sin duda atípica: junto a la orquesta permanente de jazz del Lincoln Center, que interpretó lo que Westray define como "23 viñetas musicales", había dos vocalistas que participaban en algunas de ellas poniéndole voz al Quijote y a Dulcinea. Ella, Jennifer Sannon, con aires de Billie Holiday, ofrecía una imagen insólita. Él, Sachal Vasandani, emulando en ocasiones más a Frank Sinatra que a los grandes vocalistas de las orquestas de jazz clásico, transformaba la imagen del caballero andante en un Quijote "un poco raro", según algunos de los espectadores.

Junto a ellos, un actor iba leyendo diferentes pasajes del libro, algo que permitía que la orquesta respondiera, reflexionara o comentara musicalmente cada una de las situaciones por las que atraviesa el Quijote.

El músico y compositor, que se declara fascinado por la forma en que Cervantes "podía transformar una simple conversación en literatura, irradiando luz sobre la falibilidad humana", se sintió particularmente atraído por la presencia del concepto de desilusión que puebla todo el libro y al mismo tiempo por su romanticismo. De ahí que para transformar esos sentimientos en música, Westray escogiera, según el crítico Daryl Long, "la consonancia y la disonancia" que se alternan en la obra.