Italia cede a la presión francesa y abre su mercado eléctrico
EDF seguirá en Edison tras amagar con venderla a la española Endesa
El Gobierno italiano abolió ayer el límite del 2% sobre los derechos de voto de Électricité de France (EDF) en Edison, donde la eléctrica francesa controla más del 60%. La decisión rompe el principal dique proteccionista del sector eléctrico en Italia y abre una vía para la entrada del primer grupo energético del país, Enel, en Francia. EDF, que había barajado la venta de su parte a Endesa, se mantendrá en Edison.
En una nota hecha pública tras la reunión del Consejo de Administración, EDF anunció que "ha decidido reforzar la presencia del grupo en Italia en el marco de una colaboración, en condiciones de igualdad, con AEM, la firma de electricidad y gas de Milán, en la sociedad Edison". EDF controla Edison a través de una participación del 18% en la sociedad Italenergia, pero la imposibilidad de ejercer el control le había llevado a plantearse su venta. La española Endesa había presentado una oferta por la totalidad del paquete.
"La garantía del Gobierno italiano de liberar EDF de la restricción de los derechos de voto en Edison y la certeza de que no se tomarán medidas reglamentarias contra los intereses de EDF en Italia han hecho posible esta decisión en el marco de un acuerdo económico equilibrado con un socio italiano: AEM", añade el comunicado de la eléctrica francesa.
"Nos hemos adecuado a las normas europeas y nos abrimos al libre mercado", dijo Claudio Scajola, ministro de Industria de Italia. El decreto de abolición aprobado por el Consejo de Ministros debía tener, según Scajola, "reflejos positivos" sobre futuros acuerdos con EDF para la inversión italiana en Francia, en referencia a Enel.
El brevísimo decreto que ha puesto fin a un conflicto iniciado en 2001 contiene tres condiciones para que una sociedad extranjera acceda a una posición de influencia en una compañía eléctrica italiana, y las tres parecían hechas a medida para impulsar un acuerdo que favoreciera tanto a EDF como a Enel: la sociedad compradora debe estar radicada en la Unión Europea, debe cotizar en Bolsa y debe pertenecer a un país que mantenga acuerdos con Italia sobre liberalización del sector eléctrico y cruce de participaciones.
El conflicto de Edison comenzó hace casi exactamente cuatro años, cuando EDF entró por sorpresa en el capital de Montedison. El polo energético-químico italiano no había completado su saneamiento y reconversión tras la crisis de los noventa y el Gobierno de la época, dirigido por el centrista Giuliano Amato, consideró agresiva la iniciativa francesa.
Para contrarrestarla, fue aprobado un decreto que limitaba los votos de EDF en el Consejo de Administración de Edison. EDF, que poseía el 20% de Edison, fue condenada a "pesar" sólo un 2% en el órgano gestor de la sociedad.
El Gobierno de Roma justificó la medida con el argumento de que EDF, de propiedad pública, estaba aprovechándose de la apertura de los mercados energéticos europeos mientras mantenía cerrado el mercado francés. EDF, por su parte, acusó a Italia de proteccionismo.
En agosto de 2004, el Gobierno de Silvio Berlusconi mantuvo el límite del 2% dentro de una nueva ley dirigida a mantener la propiedad de los operadores eléctricos en manos italianas.
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