Esfuerzos en gestión y una nueva organización

Uno de los grandes retos que se marcó Vicente Rambla al acceder a Sanidad fue la puesta en marcha de la Agencia Valenciana de la Salud (AVS), un ente autónomo destinado a controlar toda la actividad asistencial, al que se adscribirían los hospitales y demás centros sanitarios. Para ello, Rambla fue largando lastre, deshaciéndose de responsables heredados de su antecesor y rodeándose de un equipo de fieles. El primero en salir fue el candidato natural para ocupar la dirección de la agencia, Marciano Gómez, eterno número dos de la consejería. Más tarde Juan Prefaci, subsecretario del departamento, Melchor Hoyos, responsable de Asistencia Especializada y Bartolomé Pérez, director general para la Dependencia. Junto a ellos, en enero, Rambla cambió de golpe a cinco altos cargos y 15 directores de hospital.

La agencia es la piedra angular sobre la que gira la nueva organización de la consejería. De ahí la importancia de situar en los puestos clave a gente próxima y especialmente al frente de la AVS a una persona de su confianza y relacionada con el presidente de la Generalitat, como Manuel Cervera.

Una vez asegurado el relevo, Rambla ha diseñado una nueva estructura interna por la que ha cedido a las 21 áreas sanitarias la gestión autónoma de sus recursos. Estas áreas, con un responsable al frente, controlarán desde el hospital, hasta los centros de salud y demás recursos sanitarios y de personal, con un presupuesto cerrado basado en la población que atiendan. La idea que da forma a este modelo trata de vincular los recursos a la actividad asistencial. De esta forma, se pretende que los hospitales compitan entre sí ya que obtendrán más fondos los que más pacientes atiendan, a costa de quitar cuota de mercado al resto de centros. En este marco se encuadra el régimen de financiación por objetivos, no sólo de los centros en general, sino de sus profesionales, que ya han cobrado los primeros complementos de productividad, a pesar de que el diseño de esta paga ha levantado ampollas en muchos servicios.

Ligado a esta nueva arquitectura interna está el desarrollo de la gestión y los sistemas de información sanitaria, unas parcelas, abandonadas por equipos anteriores que Rambla está impulsando porque las necesita para que el nuevo marco de relaciones fijado por la agencia funcione.

Mientras, la atención a la investigación ofrece un resultado desigual. El Centro de Investigación Príncipe Felipe ya está en rodaje e incorporará a investigadores punteros. Sin embargo, la Fundación Oftalmológica del Mediterráneo, dirigida a investigar enfermedades oculares, esta congelada pese a estar el edificio acabado, y el centro de Salud Pública sufrió un importante parón.