El estreno de Lendakaris Muertos aporta un soplo de aire fresco al panorama 'punk'

El estreno de Lendakaris Muertos, grabado el pasado mes de enero en los estudios K de Pamplona, ha supuesto un soplo de aire fresco para el panorama punk. Su irreverencia y frescura, pese a incluir a veteranos de la escena, como el batería Potxeta Ardanza, ex Ultimátum y Tijuana In Blue, retrotrae al oyente a los días de gloria del llamado rock radikal vasco, aunque también recuerda en algunos momentos a bandas como Def Con Dos y los primeros Siniestro Total.

Una estética evidentemente punki y mucha ironía, sentido del humor y mala leche vertida en textos sobre sexo, drogas y esnobismo, frívolos vistazos a la situación política vasca, en la línea del programa de televisión Vaya semanita, y críticas al fanatismo que rodea al fútbol, dan carácter el primer álbum del cuarteto navarro. Un debut muy esperado, como acreditan las más de 10.000 descargas de canciones que registró su página web desde que colgaron en ella su primera maqueta.

Por otro lado, por iniciativa del Ayuntamiento de Bilbao ha llegado a las tiendas La Caldera, un recopilatorio que agrupa la música de seis bandas que ensayan en la asociación de igual nombre, con sede en la plaza del mercado de Otxarkoaga. Su repertorio incluye el rock duro del quinteto Ciudadano Kain, el rock and roll y los guiños al swing de egn (El Gato Negro), el pop rock de Bohemian Dust, los temas de vocación metálica de Ikaria y The Sandman, y los flirteos de La Sombra Y Una Más con la canción de autor.

La Caldera se presenta en el propio cuadernillo del disco como "una asociación musical que surge en 1988 con la finalidad de dar cabida a jóvenes de Otxarkoaga, Txurdinaga y Santutxu vinculados a la música rock". En la actualidad, en sus instalaciones se encuentran ensayando 13 grupos bilbaínos.