Severo Moto asegura que aún teme por su vida tras regresar a España
El político guineano insiste en sus acusaciones, pero no ofrece pruebas
Severo Moto regresó ayer a España. El líder del autoproclamado Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio dijo haber sufrido un intento de asesinato en Croacia, donde se le perdió la pista el 20 de marzo, pero que salvó la vida porque sus sicarios cambiaron de idea. Moto dice que tiene información que sugiere que los servicios secretos españoles pudieron estar detrás y que aún teme por su vida.
La historia que ayer contó Moto en rueda de prensa en Madrid resulta rocambolesca: el 19 de marzo llegó a Zagreb acompañado de un belga, amigo de un amigo suyo camerunés. Éste le iba a poner en contacto con croatas que velarían por "su seguridad" y le ayudarían con "la financiación de su proyecto político". El croata era Ante Jercic, un fabricante de armas, según reconoció Moto. Jercic y su gente lo embarcaron el 20 de marzo en un yate en Dubrovnik y lo llevaron mar adentro en el Adriático para liquidarlo. Hasta aquí, las fechas y el temor de que Moto hubiese podido ser asesinado coinciden con las presunciones de los servicios secretos españoles.
Pero, al parecer, los croatas cambiaron de idea. Jercic y su gente, según Moto, se dieron cuenta de que el belga quería que ellos cargaran con la culpa de su muerte y que se trataba de una trampa. Por eso, en vez de matarlo, lo llevaron de vuelta a Zagreb y lo alojaron en una vivienda, donde, desde el 21 de marzo hasta ayer, "estuvo viendo la televisión, los funerales del Papa Juan Pablo II, los de Raniero de Mónaco, partidos de fútbol, etc.". Sus asesinos se convirtieron en "sus ángeles salvadores", dijo.
El político afirma que se fue de España porque había sido amenazado por "algunas autoridades". "Entre estas amenazas", dijo, "estaba la posibilidad de ser extraditado a Guinea Ecuatorial o enviado a un país latinoamericano donde yo pudiera desaparecer sin consecuencias para España ni para Teodoro Obiang". Las relaciones con el Gobierno español empeoraron, según él, tras el viaje a Guinea del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en febrero.
"No tengo dudas de que el régimen de Obiang ha buscado mi muerte. En cambio, no puedo afirmar que el Gobierno [español] ha estado detrás del plan para liquidarme, sólo sé que alguien le dijo a mis asesinos que los servicios secretos de España estaban detrás". "Quiero que la policía lo investigue y necesito una reunión urgente con alguien del Gobierno socialista. Nunca he causado un problema a España y no lo haré, pero la campaña contra mí me preocupa y quiero aclarar las cosas cuanto antes con el Gobierno".
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