_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El error de papá

Subvirtamos el lenguaje: cuando se dice "yo no soy ningún mierda", ¿qué significa? Primera interpretación: "Yo no soy ningún mierda", la más evidente quizás, pero hay una segunda que viene a expresar: "Yo no soy ningún mierda, porque soy muchos mierdas". No obstante, sin ánimo de arrebatar una inspiración creativa, inspirada, e incluso más lograda subjetivamente charlando, podríamos atinar más observaciones acerca de la misma expresión, a saber, "yo no soy ningún, mierda", propinándole a la aclaración una pausa dibujada con una coma que la dote de un sentido más amplio, volando raso sobre el númen filosófico, ya que ningún es ninguneante y a nadie le gusta que le ninguneen, o acaso sí en determinados casos, para reiterar acto seguido: "yo no soy ningún mierda", apreciando que la mierda tiene género, apreciando el sexo para no caer en ninguna interpretación sexista que desvirtúe el mensaje groseramente, aunque defiende al que se conduce bien de ulteriores réplicas.

El mierda ha cometido un error y abandona su trabajo. Le estaban espiando, siguiendo sus pasos, midiendo su rendimiento, preocupados por el futuro de la empresa. Despiadada mente la suya, que no contaba con su vida familiar, su capacidad de entregarse a los suyos, su valor. Valor: "Grado de utilidad, conveniencia, o estimación que tienen las cosas", pero también: "Validez o firmeza de algún acto". Él, que creía ser el mejor padre de los padres, ahora va a tener que cuidarse para cuidar de su hijo, al que tenía un poco abandonado, tan pendiente de la ausencia de papá, y papá tan pendiente de sus labores, y el hijo encabronado, envidioso de la vida secreta de papá. ¿Puros celos?

¿Se puede escoger entre el trabajo de papá y la vida de esclavitud de una madre, reclamada por sus hijos como madre y amante esposa, enganchada a las horas de educación, al tabaco y las drogas que no puede abandonar, a un ritmo desenfrenado de vida? ¿Vale más un sueldo que la salud de la compañera y la de su familia, preocupada por él? Ahora papá es un perdedor, pero ha ganado en salud. Desde este preciso momento, las cosas van a ir a mejor. Claro que hay que tener en cuenta que a papá le trataban como a un nazi que hubiese cometido un trabajo como si hubiese cometido un crimen. Papá, el pobre, se lo creyó, y actuó como tal.

Qué disgustos y qué gustazos, divina comedia, da meterse con el poder. Saberse atrapado sin salida y tener que dar un paso adelante. La valentía es un valor al alza en estos tiempos que corren. Enfrentarse al sistema es un signo de buena educación.

Papá ha dejado de estar celoso de su trabajo y ahora lucha, porque se ha liberado de los celos.

Nunca se conoció tal fiesta en la familia.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_