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INNOVACIÓN

La investigación da nuevos pasos para aumentar la inteligencia de los robots

El cuello de botella de la robótica es la escasa capacidad de percepción de los actuales sistemas y su limitada movilidad - Los científicos buscan mejorar la comunicación entre la máquina y el humano

La nueva generación de robots va a encontrar trabajo fuera de las cadenas de montaje. Algunos ya limpian la casa, ayudan en delicadas intervenciones quirúrgicas o rehabilitan a los convalencientes. Alrededor de 1.300 científicos de 43 países se reunieron la pasada semana en Barcelona para compartir experiencias sobre la actividad de los robots con los humanos, hasta hoy escasa.

La Conferencia Mundial de Robótica y Automática (ICRA 2005) es la más importante del mundo.

Patrocinado por el Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (IEEE), el ICRA sólo en 6 de sus 22 ediciones se ha celebrado fuera de Estados Unidos. Organizada por el grupo de Robótica de la Universidad Politécnica de Cataluña, se presentaron 750 ponencias sobre innovaciones científicas en la robótica: desde los robots móviles hasta la robótica médica, la asistencia personal, los autómatas submarinos o los humanoides, explica Alicia Casals, responsable de la conferencia.

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La mejora de las habilidades de los robots para servicio de las personas, centró los debates de esta edición. Hasta no hace mucho la actividad del robot ha estado dirigida a mejorar la producción industrial (cadenas de montaje) o a suplir al hombre en sitios inaccesibles o peligrosos (el espacio, guerras o catástrofes naturales).

Hoy en día, prácticamente el millón de robots que habitan el mundo se ganan la vida en tareas industriales. La tercera parte reside en Japón, 112.000 en Estados Unidos y 250.000 en Europa.

En España, los autómatas son 20.000, pero el nivel de robotización supera a Francia y Estados Unidos gracias a las cadenas de montaje de la industria automovilística, que tiene en producción 800 robots por cada 10.000 empleados. La mitad de los robots se especializaron en soldadura.

Pero eso era ayer. Su futuro es la asistencia personal. Hay robots para todos los bolsillos. Por 299 euros Roomba limpia la casa hasta que desfallece, y entonces busca un enchufe para cargar energías.

Los padres de las criaturas, los científicos, estudian las habilidades hogareñas o sociales que pueden ir realizando los robots. En los últimos tres años se han vendido dos millones de robots de consumo, según UN World Robot, cifra que en un par de años puede alcanzar los siete millones. De hecho, la Agencia Europea del espacio trabaja en aplicar la misma tecnología de los robots del espacio para la medicina o la asistencia personal, explica Gerd Hirzinger, director del centro aeroespacial alemán.

Científicos españoles presentaron 43 ponencias. Destacó el trabajo del Instituto de Organización y Controles de Sistemas Industriales sobre la mejora de la habilidad de las manos robóticas mediante algoritmos; el sistema para controlar flotillas de helicópteros autónomos (Sevilla) o de la fuerza y aceleración de los robots (Jaén).

Casi cero. En comparación con los humanos, el coeficiente intelectual de los robots es muy bajo. Cumplen dócilmente con su cometido: cortan, sueldan, andan...Todo con precisión. Fuera del rígido y matemático entorno industrial, donde la vida es ambigua y cambiante, fracasan estrepitosamente. Hasta ahora.

Los científicos trabajan en una nueva generación de robots que se relacionen con los humanos. Hay muchos problemas para solucionar. Deben mejorar sus sentidos, sus movimientos y, sobre todo, su inteligencia. Una mano robótica tiene pocos grados de libertad; la mano humana, infinitos. "Es lo que nos proporciona un mejor comportamiento inteligente", afirma Josep Amat, presidente del ICRA 2005.

Científicos como Gordon Chen, del laboratorio de Neurociencia Computacional ATR en Kyoto (Japón), investiga cómo aplicar el razonamiento del cerebro humano en los robots humanoides.

En los próximos meses su grupo dará a luz un humanoide de tamaño y peso humanos "que sorprenderá por sus movimientos", asegura.

Comprender la movilidad del hombre es uno de los objetivos de Oussama Khatib, jefe del departamento de Ciencia Informática de la Universidad de Stanford. Su grupo emplea modelos de la dinámica de los músculos y el esqueleto humano, unas técnicas que se pueden aplicar a cualquier estructura multiarticulada: "Desde un robot a una película de animación digital, un videojuego o el caminar de los dinosaurios", explica Khatib. Una empresa comercializará ahora sus hallazgos. También colabora con Honda para que la próxima generación del robot humanoide Asimo, con cuyo brazo ha trabajado en los últimos años, pueda hacer acrobacias, por ejemplo, esquiando.

¿Y comunicarse? "Los robots ahora interpretan órdenes, pero no mantienen conversaciones", afirma Amat. El lenguaje natural puede ser una solución. Fuera de las cadenas de montaje a los robots también les esperan trabajos colectivos en los que deben colaborar y compartir tareas, y para ello los investigadores estudian sistemas de agentes inteligentes.

Los robots asistenciales o personales tienen gran futuro, "pero la gente no está dispuesta a pagar más porque sea un robot; sólo pagará si sus funciones merecen la pena", asegura Joe Jones, el creador del aspirador Roomba, de iRobot. Su fórmula ha funcionado: en dos años ha vendido un millón de aparatos. "Estamos preparando nuevos artilugios más inteligentes para el hogar", asegura.

En el congreso se han visto algunos modelos con mayores capacidades: la francesa Robosoft ha vendido su plataforma móvil RobuRoc 4 al ejército holandés para realizar experimentos; también dispone de transportes automatizados para aeropuertos y parques de atracciones. Una flota de sus minirobots, comunicados vía Wi-Fi, vigila en varios aparcamientos para la empresa de seguridad Seris o ayuda al ejército francés en la detección de explosivos.

En las granjas de servidores de Hewlett-Packard un modelo de Mobile Robots se pasea por la planta con un mástil con sensores térmicos para mejorar la eficacia del aire acondicionado. En diez años, esta empresa ha vendido 2.000 robots, un centenar de ellos a la agencia norteamericana Darpa; otro de sus modelos es un ciberguía que habla a los visitantes de la empresa de ropa íntima Victoria's Secret y los acompaña a los despachos.

Evolution Robotics desarrolla diferentes tecnologías para crear todo tipo de aplicaciones. Algunas las ha incorporado en la roboaspiradora eVac de Sharper Image y en el perrito AIBO de Sony, cuenta su jefe científico, Paolo Pirjanian.

Cibercirujanos

No sobrepasan el millar y no han estudiado medicina, pero se experimenta con ellos en hospitales en situaciones reales. Son brazos robóticos y otros aparatos que automatizan acciones o las realizan a distancia. Grandes y pesados, exigen un gran espacio y tienen grandes limitaciones. Son los DaVinci o Robodoc. "La tendencia es realizar operaciones mínimamente invasivas; para ello es necesario integrar información del paciente, la simulación informática e imágenes en tiempo real", afirma la directora del laboratorio CNRS de Grenoble, Jocelyne Troccaz.

Los nuevos robots son sistemas que funcionan como un GPS para el cirujano y les ayuda a realizar trayectorias sin peligro o instrumentos que se mueven al mismo ritmo que los órganos, como el corazón.

ICRA 2005: www.icra2005.org

ERSP SCORPION: Sensores de infrarrojos y un sistema de visión artificial que reconoce las imágenes 3-D permiten a este robot de Evolution <b>navegar</b> sin perderse. Es una plataforma estándar de <i>software</i> para investigar nuevas funciones en los robots, explica su ingeniero Paolo Pirjanian.
ERSP SCORPION: Sensores de infrarrojos y un sistema de visión artificial que reconoce las imágenes 3-D permiten a este robot de Evolution navegar sin perderse. Es una plataforma estándar de software para investigar nuevas funciones en los robots, explica su ingeniero Paolo Pirjanian.CARMEN SECANELLA

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