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Los países ricos se oponen a que la UE amplíe el fondo de cohesión para España

Moratinos augura "enormes dificultades" para pactar los nuevos presupuestos

Carlos Yárnoz

Cinco de los países más ricos de la UE (Alemania, Austria, Holanda, Dinamarca y Suecia) rechazaron ayer la propuesta de Luxemburgo, actual presidenta de la Unión, para que Madrid resulte menos perjudicada en las próximas perspectivas financieras para el periodo 2007-2013. Esa salida consiste en que España siga percibiendo dinero del Fondo de Cohesión al menos durante 2007 y 2008, en lugar de cortar esa fuente de ayudas el año que viene. Sólo Francia y Reino Unido eludieron la cuestión. Ninguno de los dos ve con buenos ojos ese proyecto, que, aun así, es "insuficiente" para España.

Los ministros de Asuntos Exteriores entraron ayer de lleno en la negociación de un futuro presupuesto europeo que sustituirá al actual fijado para el periodo 2000-2006, del que España resulta el país más beneficiado. "Hoy ha comenzado la verdadera negociación", comentó al final del debate el ministro luxemburgués de Exteriores, Jean Asselborn. "La negociación ha empezado a andar", dijo el ministro español, Miguel Ángel Moratinos.

Pese a las posiciones de los ricos, esa negociación arranca con buen pie para España, con una propuesta sobre la mesa en la que, por vez primera desde que Bruselas lanzó el proceso en enero del año pasado, se plantea oficialmente una vía para paliar la brusca pérdida de fondos a la vez que aumentan las aportaciones españolas a las arcas comunitarias. "Hasta ahora, era una caja negra y hoy es más clara para los intereses españoles", bromeó el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, haciendo un juego de palabras con la nueva negociating box (caja de negociación), como así denomina oficialmente la presidencia luxemburguesa al documento que recoge sus ideas.

Cinco de los países más ricos de la UE (Alemania, Austria, Holanda, Dinamarca y Suecia) exigen que las ayudas europeas, los Fondos de Cohesión en su conjunto, se concentren en los diez países que se incorporaron a la UE el año pasado y que tienen un nivel de desarrollo más bajo. La ministra sueca de Exteriores, Laila Freivalds, fue "la más dura" contra esa salida para España, según asistentes a la reunión, y exigió que el presupuesto de la UE para el periodo 2007-2013 no sobrepase en ningún caso los 815.000 millones de euros frente a 1,026 billones que propuso la Comisión.

Reino Unido eludió citar la cuestión española, aunque es conocida su posición contraria, y sí insistió en que los fondos vayan sólo para los recién llegados. Además, Londres exigió que deje de ponerse en duda el denominado cheque británico (5.000 millones anuales que se devuelven al Reino Unido de su aportación) que nadie quiere prorrogar. Tampoco Francia se refirió a esa propuesta favorable a España, pero su ministro de Exteriores, Michel Barnier, declaró después a los periodistas que no está de acuerdo con el planteamiento de Luxemburgo. "El Fondo de Cohesión sirve para acelerar la recuperación de un país y, cuando lo ha logrado, es un síntoma de su éxito", explicó Barnier, para añadir que ya es consciente de que eso "no es un consuelo" para los españoles.

Sólo el ministro portugués, Diogo Freitas Do Amaral, apoyó la tesis favorable a España, con el argumento de que, en el futuro, también podrá beneficiar a Lisboa. La propuesta luxemburguesa obedece al hecho de que España ya no tendrá derecho al Fondo de Cohesión (se lleva 11.600 millones, el 60% del total, entre 2000 y 2006) porque su renta por habitante supera ya el 90% de la media comunitaria. Pero lo hace por efecto estadístico, porque acaban de entrar en la UE países menos desarrollados. Si no, seguiría por debajo del 90%.

Sin marcha atrás

La propuesta luxemburguesa, a pesar de la oposición de los ricos y la indiferencia de casi todos los demás, es vista por el Gobierno español como un paso sin posible marcha atrás. Incluso para la comisaria de Presupuesto, Dalia Grybauskaite, la proposición luxemburguesa es "una provocación", porque también incluye una rebaja en la cantidad dedicada a las arcas comunitarias. Hoy, la Comisión propone el 1,14% del PIB europeo y los seis más ricos (Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda, Austria y Suecia) exigen bajar el porcentaje al 1%. Ayer, Francia se mostró algo más flexible cuando Barnier habló de "alrededor del 1%".

Pero esa "provocación", término que asumió el luxemburgués Asselborn, sirvió para que los 25 empiecen a mojarse, a superar la fase de las declaraciones retóricas. Moratinos considera que quedan por delante "enormes dificultades", porque, aunque la propuesta luxemburguesa supone un alivio para Madrid, no es suficiente para alejar sus temores ante lo que se avecina. Ayer sólo se habló de cohesión. En las semanas próximas se hablará de las aportaciones, el capítulo que más interesa a los ricos. De ambas cuestiones se deducirá el saldo final de cada uno, que es lo que interesa evaluar.

Moratinos muestra un ejemplar del <i>Quijote</i> durante la rueda de prensa tras el Consejo de Ministrros.
Moratinos muestra un ejemplar del Quijote durante la rueda de prensa tras el Consejo de Ministrros.EFE

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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