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Más de 3.000 multas en un año por llevar armas prohibidas

La Delegación del Gobierno ordena intensificar los decomisos

La Delegación del Gobierno ha puesto una media de nueve denuncias al día, durante el año pasado, a personas que llevaban armas prohibidas, en especial navajas de grandes dimensiones. Los fines de semana en las zonas de copas son los lugares en los que los cuerpos de policía y Guardia Civil han tenido que levantar más actas de incautación.

Precisamente en esas zonas han sido detectadas 5.435 personas que estaban consumiendo drogas o sustancias estupefacientes, lo que también supone una infracción administrativa. Las cifras son similares a las de 2003.

La Delegación del Gobierno, con su máximo responsable a la cabeza, Constantino Méndez, ha dado instrucciones muy claras a las fuerzas policiales para que intensifiquen los controles de armas en la región. Sólo de esta forma es posible reducir los homicidios que se producen durante las diversas peleas y reyertas que se registran cada fin de semana en los lugares de ocio de la Comunidad.

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Más navajas que pistolas

Desde hace más de cinco años, la Jefatura Superior de Policía de Madrid mantiene la llamada Operación Luna, que consiste en cacheos selectivos a las personas en las zonas de copas para detectar si llevan cualquier tipo de arma prohibida. En el caso de la Guardia Civil, este dispositivo recibe la denominación de Operación Búho.Los resultados de sendas operaciones son "muy interesantes", sobre todo en el último año, cuando han sido decomisadas 3.116 armas de todo tipo, en especial blancas. Esto supone, según los responsables de la Brigada de Seguridad Ciudadana, que algún homicidio haya sido evitado. "Si la gente lleva una navaja, en un momento de un calentón y tras haber bebido algo de alcohol, los resultados pueden ser terribles: hasta matar a alguien", explican los responsables policiales consultados.

La Jefatura Superior de Policía actúa especialmente en los distritos de Centro, Arganzuela, Tetuán y Usera. Los bajos de Azca también son un lugar muy propicio para este tipo de decomisos. "No hay un perfil único. En general son personas sin antecedentes penales ni detenciones, que llevan armas, según dicen, para defenderse. Y no se dan cuenta del riesgo que corren", explica este mando policial.

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En el decomiso de armas tiene una especial importancia una unidad policial que comenzó a funcionar a mediados de marzo del año pasado. Se trata de los llamados centauros, que sólo trabajan por la noche y en los lugares más conflictivos de la capital. En sólo nueve meses han decomisado 893 armas.

La Guardia Civil ha tenido su particular caballo de batalla en los municipios del este, fundamentalmente en Arganda del Rey y Rivas-Vaciamadrid. Con anterioridad, los problemas se localizaban en municipios del oeste como Majadahonda, Collado Villalba o Las Rozas. Pero como los agentes del instituto armado han hecho fuertes inspecciones durante los últimos años, las actas de decomiso han bajado de forma muy considerable.

El Reglamento de Armas, aprobado en 1993, recoge en su sección cuarta que "la fabricación, importación, circulación, publicidad, compraventa, tenencia y uso de bastones-estoque, puñales de cualquier clase y las navajas automáticas" están prohibidas. De hecho, la norma considera puñales a las armas blancas con una hoja de menos de 11 centímetros, de dos filos y puntiagudas. También son armas prohibidas las defensas de alambre o plomo, las llaves de pugilato con o sin púas, los tiragomas, las cerbatanas y los nunchacos, así como los pulverizadores de defensa personal que no estén homologados.

600 euros

El reglamento recoge que las multas por llevar armas prohibidas oscilan entre los 300 y los 450 euros. En caso de utilizarlas, el importe de la multa aumenta hasta los 600. "Cuando a la gente le llegan esas multas, se lo piensa dos veces antes de volver a salir con una navaja en el bolsillo. Además, no es comprensible que, si va a divertirse, salga con un arma blanca. Sólo necesita la cartera y poco más", añaden fuentes policiales.

Otro hecho que podría haber aumentado las multas de la Delegación del Gobierno son los palos, los bates de béisbol y las defensas que llevan algunos conductores en sus coches. Cuando son registrados los vehículos, los policías se encuentran con esas sorpresas. No se levantan actas de decomiso, pero les son requisados.

Otro tema que también ha hecho rellenar miles de formularios a los agentes ha sido el consumo de drogas y de sustancias estupefacientes prohibidas en lugares públicos. Las policías y la Guardia Civil han detectado 5.435 casos en 2004, lo que arroja una media cercana a los 15 casos al día. Estas cifras no incluyen el botellón (consumo de alcohol en la calle), ya que estas sanciones son competencia de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid.

Los bares, las zonas de copas y las discotecas durante el fin de semana o vísperas de festivos y en horario nocturno o de madrugada son los lugares más frecuentes de decomisos de sustancias estupefacientes. "La mayoría son pequeñas cantidades de hachís, seguido de cocaína. El tema de las pastillas es muy difícil, porque el comprador suele consumirlas en el mismo local y no se las guarda para tomarlas más adelante", explica un mando de Seguridad Ciudadana. En el caso de los locales, también son denunciados por permitir el consumo de drogas.

El hachís da bastante trabajo también en los parques públicos, donde los jóvenes se juntan para fumar porros. "Si la cantidad que cogemos es muy alta, deja de ser un tema administrativo y puede ser considerado tráfico de estupefacientes, que ya es un delito", añade el responsable policial.

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