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Zapatero previene contra quienes utilizan las banderas y las lenguas para ganar votos

El presidente reitera su compromiso con los valencianos ante las críticas de los populares

Cristina Vázquez

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró ayer en Valencia el "compromiso" del Ejecutivo con la Comunidad Valenciana e instó a "no hacer caso" de las críticas del PP. Zapatero previno contra los políticos que quieren utilizar las banderas y las lenguas "para ganar votos" y subrayó que la actitud de su gobierno ha sido de "respeto y colaboración institucional" con la Generalitat, "a pesar de las críticas". El secretario general de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, acusó al popular Francisco Camps de practicar un valencianismo "de cartón piedra".

Rubio pide a Zapatero para Valencia un plan parecido al del barrio de Campamento

Fue una visita fugaz. Pero Zapatero se había comprometido a participar en la Fiesta de la Rosa de los socialistas valencianos en un gesto de apoyo al partido que lidera Joan Ignasi Pla y no sólo estuvo sino que aprovechó para hacer balance de su año de gobierno y reiterar su compromiso con una comunidad autónoma que no gestionan y en la que su labor está todos los días cuestionada por el PP.

"No hacer caso" de estas críticas porque el Ejecutivo central, aseguró Zapatero, tiene una "preocupación y una sensibilidad continua" con la Comunidad Valenciana. El presidente y secretario general del PSOE recordó cómo en 12 meses de gestión del PSOE la Copa del América cuenta ya con presupuesto público, cómo existe un acuerdo de carreteras firmado con la Generalitat y cómo si se repasan los Consejos de Ministros el AVE a Valencia es una prioridad para su equipo.

Y, por último, el agua. El político socialista aseguró que el Ministerio de Medio Ambiente está en estos momentos prácticamente dedicado a que esta comunidad y Murcia tengan agua lo antes posible. "Cuando en 2006 o en 2007 se vaya viendo que hay más agua, tendremos que decirles a algunos que estaban engañando a los ciudadanos con sus discursos, amenazas y enredos".

El presidente del Gobierno tampoco se mostró indiferente a la polémica surgida en torno a la denominación de la lengua valenciana tras la iniciativa de su Ejecutivo de presentar en Bruselas un memorándum para que se puedan emplear las lenguas cooficiales de España en las instituciones europeas. "Las lenguas son un patrimonio para entenderse y no para enfrentarse", dijo, Y añadió: "Descreer de los políticos que quieren utilizar las banderas y las lenguas para enfrentar o ganar un puñado de votos".

Zapatero aseguró a las cerca de 2.000 personas congregadas en el Parque del Oeste de Valencia, donde tuvo lugar la fiesta, que los socialistas cuentan en estos momentos con más apoyo popular que en las elecciones generales del 14 de marzo. "Un dato que debe estimularnos y no hacer que nos confiemos", añadió. El presidente del Gobierno se mostró partidario de seguir hacia adelante "y mirar poco al PP y a la derecha".Poco antes de que Zapatero tomara la palabra, el líder de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, mostraba al presidente del Gobierno su satisfacción porque "no nos has fallado". El dirigente valenciano recordó la oleada de críticas cuando el gobierno derogó el trasvase del Ebro, algo, a su juicio, "irracional", teniendo en cuenta que los gobiernos de Aznar estuvieron prácticamente nueve años sin poner más que la primera piedra de un hipotético trasvase. "Los valencianos no podíamos esperar además otros 10 años para traer más agua", recalcó Pla, quien enfatizó que la mejor garantía del agua que necesita la comunidad autónoma es Zapatero.

Pla se mostró harto de ver cómo el presidente Francisco Camps y el PP "demonizan y atacan a los que no piensan como ellos", y le recordó que valencianos "somos todos con independencia del carné y de la ideología que cada uno defienda".

En referencia a la reforma del Estatuto de Autonomía, que negocian en estos momentos los dos principales partidos políticos, el socialista valenciano se decantó por un texto "de primera", que recoja una serie de derechos que los valencianos puedan exigir a la Administración. Esta reforma debe implicar, según Pla, un paso adelante en el reconocimiento del valenciano. "Camps ha vivido y vive mucho de la imagen del valencianismo y yo quiero decirle, desde aquí, que su valencianismo es de cartón piedra, un día lo planta y al día siguiente lo quita".

Pla recomendó a Camps que aprenda del presidente del Gobierno, "que ha llevado el valenciano a Europa, como cualquier otra lengua", mientras él se ha olvidado del uso de esta lengua.

Sin dejar el hilo conductor de la reforma estatutaria, Pla reivindicó ante Zapatero un sistema de financiación "digno" para que ningún valenciano sea menos que otros ciudadanos españoles. E insistió en el modelo que hoy propugnan los valencianos, que es el de una comunidad autónoma solidaria con España, pero que reivindica sus señas de identidad y sus particularidades. El dirigente valenciano no se detuvo en más detalles.

Del último año, Pla destacó sobre todo que habían pasado muchas cosas además de la derogación del trasvase e insistió en que el cambio en España es imparable también en esta comunidad autónoma.

El político se mostró convencido de que cada día hay más gente que no apoya a quienes hacen "del urbanismo un negocio" y "quieren convertir a esta tierra en la comunidad del pelotazo". También exhibió la delicada situación financiera de las arcas de la Generalitat, la propia debilidad del Consell y las peleas en el seno del PP como evidencia de que "el cambio en 2007 es imparable".

Rafael Rubio, portavoz de los socialistas en el Ayuntamiento de Valencia, protagonizaba la anécdota del acto, cuando entregó a Zapatero un ninot del presidente, vestido de marinero y "con catalejo claro", en alusión al buen rumbo con que ha dirigido el Gobierno en este primer año de gestión. Rubio aprovechó la presencia de Zapatero para pedirle que haga con el terreno liberado de los cuarteles de San Vicente, en Valencia, algo parecido a lo que se ha hecho en el barrio de Campamento en Madrid, que se convertirá en uno de los grandes complejos de viviendas de protección oficial de la capital. También le insistió a Zapatero para que su gobierno consiga que el Parque Central de la ciudad "sea el pulmón verde que necesitan los valencianos".

Rubio insistió en que los socialistas valencianos tienen proyecto, ambición y manos limpias para gobernar la ciudad y la comunidad autónoma. "No es producto del sol", bromeó, "Es posible más que nunca un cambio político". En esta ocasión hubo una cuarta oradora que debutó en el escenario socialista. Es la valenciana Inmaculada Rodríguez-Piñero, secretaria de Política Económica y Empleo del PSOE. El acto concluyó como había empezado, con un gran castell formado por la Muixeranga de Algemesí ante la admiración y los aplausos de los políticos y del público.

A las puertas del parque esperaban al presidente Zapatero una pequeña representación de la coordinadora contra el paso de un segundo bypass por Paterna. Finalmente, una de las concentradas consiguió entregarle al presidente del Gobierno un informe donde explican todo el problema y reclaman otro trazado.

500 a 100 metros y que el trazado no pasaría por este municipio. Pero los vecinos prefirieron quedarse a las puertas con su pancarta. Enfrente, un grupo de profesores que imparten la asignatura de tecnología en la ESO pedían más apoyo a la tecnología y rechazaban la reducción de horas de clase de esta asignatura que prevé el anteproyecto de ley de la LOE.

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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